No sé qué manía tiene todo el mundo de sacarles parecidos a los niños, que si la nariz del padre, los ojos de la abuela, el pelo de la tía, las manos del primo… Señoras y señores, los niños no se hacen juntando piezas de otros puzles, no sean pesados.
Si creces y te conviertes en alguien guapo, muchas personas de tu familia se apuntarán el tanto diciendo que es porque te pareces a ellos. Sin embargo, el resto de la gente te mirará con resentimiento porque todo el mundo asume que las personas guapas tan sólo viven su vida intentando caer bien y ser encantadoras, y por lo tanto son un montón de parásitos con la cabeza hueca. No encontrarás muchas simpatías sinceras, porque el resto del mundo piensa con envidia que las personas guapas tienen vidas perfectas. Esto dará como resultado una existencia amarga y solitaria.
Por otra parte, si creces y te conviertes en alguien feo, tus familiares te mirarán con benevolencia diciendo que al menos tienes alguna cualidad buena aunque secretamente dirán que te pareces a uno de esos parientes lejanos de los que nadie quiere hablar. Todo el mundo te querrá porque tienes peor aspecto que ellos pero, sin embargo, no le gustarás a casi nadie precisamente porque tu aspecto es mucho peor de lo que nadie sería capaz de aceptar. Esto dará como resultado una vida amarga y solitaria.
Nadie puede elegir ser feo o guapo. Independientemente del caso, la mejor opción posible para sobrellevarlo es tener sentido del humor y ser sarcástico, sobre todo sarcástico.