Pensamiento del día

El traje no hace al caballero, tan sólo lo viste.

A veces tan sólo hace falta un poco de ayuda para realizar las más grandes hazañas.

Me encanta escuchar las historias que me quieren contar pero aborrezco cuando pretenden hacerme vivir una fantasía.

Los elementos

El ser humano, desde los albores de la historia, ha hecho gala de una curiosidad innata y un afán natural por buscar una explicación a todas las cosas. Muchas corrientes de pensamiento establecieron entonces los elementos clásicos que reflejasen las partes más simples y esenciales con las que se componía cualquier cosa.

En la Grecia clásica, existían desde la época anterior a Sócrates los elementos Tierra, Agua, Aire y Fuego pero a veces se incluía un quinto elemento o quintaesencia llamada Éter. Fue Aristóteles quien añadió este elemento razonando que el fuego, la tierra, el aire y el agua eran terrenales y corruptibles, y debido a que no se percibía ningún cambio en las regiones celestiales, las estrellas no podían estar hechas de ninguno de estos cuatro elementos sino de otro distinto, invariable, una sustancia celestial.

De acuedo con Aristóteles en su «Sobre la generación y la corrupción»:

  • El Aire es principalmente húmedo y luego caliente.
  • El Fuego es principalmente caliente y luego seco.
  • La Tierra es principalmente seca y luego fría.
  • El Agua es principalmente fría y luego húmeda.

De acuerdo con Galeno, estos elementos fueron usados por Hipócrates para describir el cuerpo humano en asociación a los cuatro humores: bilis amarilla (fuego), bilis negra (tierra), sangre (aire) y flema (agua).