No, este post es el número 1112 de Liberitas, ¿pero a que queda bonito?
Pues nada, 1111 tonterías, y con este post otra más para sumar ^_^.
No, este post es el número 1112 de Liberitas, ¿pero a que queda bonito?
Pues nada, 1111 tonterías, y con este post otra más para sumar ^_^.
Creo que no hace falta traducción, ¿o sí?
Para mí los pies son una parte importantísima de nuestra anatomía, sobre todo teniendo en cuenta que somos animales bípedos y toda nuestra biomecánica se sostiene en estos dos puntos de apoyo. Cualquier problema a nivel podal tiene repercusiones inimaginables en el resto de la estructura corporal que se encuentra por encima, vamos, prácticamente todo el cuerpo. Creo que a veces no les prestamos suficiente atención a nuestros pies, los maltratamos, los hacemos sufrir, de manera intencionada o no, por cuestiones prácticas o bien estéticas.
Al caso, ¿qué clase de pie tienes tú? Existen tres tipos «puros» de pie:
No sé por qué, pero los pies griegos no me gustan demasiado para las chicas, quizás porque siempre se ha dicho que tener el segundo dedo más largo que el primero es señal de una personalidad fuerte. Según mi experiencia, no conozco a ninguna chica con pie griego que no cumpla con esta teoría, así que algo tiene que haber de cierto en ella.
Soy un jodido despistado y dejado de la vida, lo sé y lo reconozco. Desde el 20 de diciembre tengo un meme pendiente por completar y es hoy cuando me pongo a hacerlo, vaya fundamento que tengo. Bueno, lo dicho, una lista de cinco cosas que muy poca gente conozca y que no haya publicado en mi blog o en cualquier otra página.
Ala, ya está. No quiero comprometer a nadie para que haga este meme, así que si alguien lo lee y decice hacerlo, que deje caer un comentario, un pingback o un trackback. Por cierto, hay muchas más cosas que podría contar, pero he contado lo menos privado y comprometido ;).
Ahora mismo tengo DOMS [dolor muscular de aparición tardía, agujetas] en ambos pectorales mayores y ambos piramidales. ¿La razón? El ejercicio intenso combinado con la falta de entrenamiento. Los pectorales los aguanto, pero es que los piramidales me están matando.
Aquí a la izquierda tenemos al amigo ácido láctico, al que se le achacaba el ser el caustante de las agujetas. Se decía que los cristales de ácido láctico eran los culpables, pero después se demostraría que ni a -5 ºC se forman cristales. Luego vendría la teoría de las microrroturas y ahora por último se tiende más a la remodelación intramuscular.
Sinceramente, la causa a nivel fisiológico es irrelevante desde el punto de vista de lo que molestan. Hay que practicar deporte [o actividad física intensa] más a menudo, lo sé. También sé que la manera de mejorar es volver a practicar la misma actividad física que causó las agujetas. ¡Si la teoría se sabe, lo que falla es la práctica!
Actualización 15/01/06 @ 18:12
El nombre de «dolor muscular de aparición tardía» no es gratuito, vaya que no. Ahora me joden los glúteos mayores, los glúteos medios y los adductores mayores de ambos miembros inferiores. Espero que esto no se siga extendiendo al resto de la musculatura, estoy que ni me puedo menear.
El otro día me dio una bajona impresionante cuando mi iPod llegó al límite mínimo de batería. Sí, se conecta al puerto USB y se deja cargar, ¿pero cómo te quedarías si ni así logras que vuelva a la vida? Lo tenía conectado al USB y me salía un mensaje así:
A los 5 minutos aparecía la pantalla de inicio del iPod, esa con el fondo negro y la manzanita plateada, y ahí se quedaba durante 15 minutos más, iluminada y sin mostrar nada. Después de un tiempo se apagaba, se reiniciaba y volvía a salir el mensaje de «Very Low Battery», y otra vez a volver a empezar. Con la ayuda de Google encontré varias soluciones posibles, desde usar un puerto USB directo en lugar de uno de los frontales que tiene mi carcasa, usar el cargador de corriente o simplemente mandarlo al servicio técnico.
Yo, que no pierdo la esperanza fácilmente, seguí intentándolo conectándolo a los puertos traseros, incluso lo conecté al puerto del iMac de mi hermana, pero nada. Intenté conseguir el cargador de corriente, pero ni me quiero acordar de esa conversación… Al día siguiente, antes de irme a trabajar, lo volví a intentar y, como en la mayoría de los casos de descubrimientos importantes, de casualidad di con la solución:
Conectar el iPod al puerto USB, da igual que sea frontal o no, y dejar que se cargue lo suficiente como para que salga la pantalla de inicio, la del fondo negro y la manzanita. Dejarlo conectado durante 5 minutos más o menos y luego desconectarlo del puerto. No hacer nada con el iPod, ni reiniciarlo ni nada, dejarlo ahí a su bola hasta que le dé la gana de mostrar el menú. Una vez aparezca, volver a conectarlo al puerto USB y cargarlo como siempre.
La sensación que se te queda después de solucionar un problema se sale, siempre y cuando la solución sea favorable para ti mismo. De aquí podemos sacar una enseñanza filosófica-metafísica: ¡siempre soluciones constructivas, nunca destructivas!