Mira un secreto… Comparte un secreto

Hacía tiempo que había visto este blog, pero hasta ahora no me había dado por ponerlo aquí. Se trata de PostSecret, un proyecto por el que envías una postal hecha por tí con el texto que quieras (preferiblemente un secreto) a un apartado de correos. Luego el creador del blog selecciona las mejores y las cuelga en la página web cada domingo. Dice que a lo mejor hace un libro con todas las postales que recibe, porque las que están en la web son sólo un aperitivo.

Hay para todos los gustos, desde amantes nostálgicos, trastornos psicológicos, deseos reprimidos, maltratos… Una variopinta colección. He cogido estos dos, la verdad no sé por qué, tal vez debería enviar una postal yo también…

Piensa un poco antes de dormir

No sé si te has dado cuenta, pero el Presente no existe. En serio, no me mires con esa cara, no existe el Presente, tan sólo el Pasado y el Futuro. ¿En qué me baso? Bueno, pongamos que ahora mismo son las 11 horas 11 minutos 11 segundos y 111 milésimas, pero sería falso.

¿Por qué? Pues porque en el tiempo que tarda en llegar esa información hasta mis retinas, desde ahí a la corteza visual a través de los nervios ópticos, las conexiones sinápticas necesarias para decodificar y dar sentido a la información, transmitirla a la corteza motora y premotora y mis músculos recibir el impulso necesario para producir una contracción y el movimiento de mis dedos… «Todo» ese tiempo ha transcurrido desde entonces y ya no sería esa hora, sino que sería otra hora distinta, sólo por milésimas, pero distinta.

Además, también entra en juego la exactitud del aparato de medida del tiempo, porque incluso más allá de la millónesima de segundo hay más «tiempo» que no medimos pero que transcurre inexorablemente dejándonos siempre en el Pasado… ¿Qué tal te has quedado?

Entrevista (y II)

Bueno, bueno, ya volví de Santa Cruz. Supuestamente habíamos quedado a las 17:30 con el Dr. Valencia, pero allí estábamos [J] y yo desde las 17:10 esperando. Entramos al Heliodoro a preguntar por dónde podíamos encontrar al hombre este. El segurata, que estaba sentado junto con otras personas por fuera de lo que parecía ser la oficina, estaba degustando un bocata de algo, pero al vernos entrar bien vestidos y portando sendas carpetas con los papeles dentro se debió asustar. Seguramente pensaría que éramos personas distinguidas e importantes porque soltó el pan y su contenido sobre la mesa y de un brinco se puso de pie, no creo que porque pensase que éramos una amenaza para la apacible seguridad del propio estadio o su propia merienda.

«¿El Dr. Valencia? Emm… Ni idea, deja que pregunte…» Vale, chiquilla, levanta de esa silla frente a este improvisado mostrador y vete a preguntar, a ver si encuentras a alguien competente por aquí. «Hola, buenas… El Dr. Valencia entra por aquella puerta de allá, sólo que no por dentro del estadio sino por fuera.» De acuerdo, Watson, gracias por la acertada apreciación…

Salimos del Heliodoro, fuimos a comprar dos botellines de agua fresca, porque entre los nervios y la sequedad del ambiente nuestras gargantas eran más parecidas a papel de lija que otra cosa. Nos pusimos debajo de un arbolito para no estar cogiendo sol. Sobre las 18:00 apareció el citado, todo porque [A] no le había avisado que íbamos a ir justo esta tarde para abajo… En fin. Después de una charla entretenida, cada uno le entregó su curriculum y quedamos en que nos llamaría, no sé si para confirmar que teníamos el trabajo o para decirnos cuándo empezamos. De todas maneras, hay tabajo para dos fisioterapeutas, pero creo que [J] tiene más posibilidades de conseguir un puesto que yo, porque él ha estado durante dos añitos con el equipo del Cardonal y además ha estado en un equipo de fútbol desde siempre.

Bueno, qué le vamos a hacer, a unos les gustaba más el fútbol y a otros nos parecía más interesante el karate que correr detrás de un balón :respekt:.

Entrevista

Recuerda que esta tarde tengo la entrevista con el jefe de sercicios médicos del C.D. Tenerife, el Dr. Valencia.