No abuses de los dulces, el azúcar es un veneno que te mata poco a poco.
Convertir incertidumbres en certezas tiene un sabor agridulce en la mayor parte de las ocasiones; unas veces es un placer y otras es un sufrir.
Hay frío seco como las palabras ásperas, frío húmedo como las lágrimas de tristeza, frío que cala hasta los huesos como el inevitable adiós o frío que llega hasta el corazón como los sentimientos que mueren.