Dos veces miré hacia atrás mientras me marchaba, dos veces antes de salir de tu casa. Dos veces que le diste la vuelta a la llave que estaba en la puerta, simplificando sin palabras lo que querías decir. Vale que mañana tengas cosas que hacer, que ya eran las doce y media, pero de ahí a que no me puedas dar cinco minutos… Joder, sí tú no me los puedes dar, ¿quién coño me los dará? ¿Tan egoísta y caprichoso y otras tantas cosas que me has dicho soy? Diablos, tal vez pido mucho para lo que me puedes o quieres dar… Sólo quería alguna muestra de cariño, cinco minutos para los dos, sólo eso…