Bueno, el viernes me desperé a las 7:00 para llevar a mi madre y a mi hermana a la estación de guaguas de Santa Cruz porque se iban a La Gomera este fin de semana. Estaba con el estómago revuelto por la cerveza + la margarita + los millos tostados de los cojones, que fueron los que me hicieron vomitar cuando llegué a mi casa de madrugada. Las dejé abajo, volví y me acosté para seguir durmiendo. Antes de eso puse el despertador para las 13:00 para que me diese tiempo de prepararme, ya que [J] tenía que venir a las 15:00 más o menos para tirar al sur.
A las 12 y algo me despertó el teléfono que estaba sonando, era [E] para preguntarme si tenía pensado ir a la Escuela para ver las notas de Salud Pública, además de para decirme que [R] no iba a bajar porque su abuela estaba sola y la perra había parido los cachorros la noche anterior. Después de hablar con ella y decirle que a lo mejor me pasaba a mirar, me quedé desvelado y empecé a preparar el bolso con la ropa para el viaje. Llamé a [R] para preguntarle los detalles de por qué no iba para el Sur y si pensaba bajar el sábado al día fuerte de las fiestas de abajo. Me dijo que sí, que haría lo posible por bajar, así que me despedí hasta el día siguiente que nos veríamos. No tenía ganas de desayunar, así que me tomé un vaso de leche fría a palo seco, como siempre me la tomo, sólo que con la intención de calmar a la mucosa gástrica que estaba resentida por el cóctel antes nombrado.

