«Bailas muy bien, no me lo esperaba.» Después de todo el baile es la expresión vertical de un deseo horizontal, te lo dije, pero no me replicaste y como se suele decir, quien calla, otorga. Tú y yo tuvimos algo, para mí fue importante, pero no sé para ti. Lo echaste a perder sólo porque aquella noche se te fue la bola y no te acordaste de mí, con dos copas de más y se te olvidó que te quería. No te guardo rencor por eso, ya te lo guardas tú a ti misma lo suficiente como para recordarme lo tonta que fuiste cada vez que tienes ocasión. Te vi por primera vez en aquel lugar y fuiste mi capricho durante mucho tiempo, y no llegaste a pasar de esa categoría sólo porque soy muy tímido. Cuando llegué al instituto, el tenerte en mi misma clase supuso un reto inmenso, hasta que acabé por confestarte toda la historia y todo lo que sentía por ti. Hoy en día no siento lo mismo, pero siento una nostalgia un tanto rara, una nostalgia no por lo que sucedió sino por lo que pudo suceder de haber cambiado aquella noche y aquellos actos.
Espero poder ir a aquel lugar y verte allí, otra vez en el lugar donde te vi por primera vez y donde quedé prendido de ti. Ya hablamos, espero, y no me olvides. Ya seguiremos hablando de más cosas…