Danzas polovtsianas

La escena número doce del primer acto de la obra de Borodin «El príncipe Igor» es la titulada «Danzas polovtsianas».

Uletaj na kryl’jach vetra
Ty V kraj rodnoj, rodnaja pesnya nasha,
Tuda gde my lubya svobodno peli,
Gde bylo tak privol’no nam s toboju.

El fragmento en cuestión (a partir del 0:54):

https://www.youtube.com/watch?v=aGNObWgU2Qw

Más información acerca de el autor y esta obra, incluido el libreto completo de la ópera, aquí.

Grandes obras de la música clásica

Una pequeña selección de las obras más importantes de Albinoni, Bach, Beethoven, Debussy, Glasunov, Glinka, Grieg, Handel, Haydn, Mozart, Puccini, Rachmaninoff, Rossini, Sviridov, Tchaikovsky, Villa-Lobos y Vivaldi. Escúchalas aquí.

Yo te absuelvo de tus pecados

«La palabra pecado, se inventó para despistar al débil, asustar y confundir al niño, y rendirse de por vida al miedo y al dolor»

No sé quién escribió esta frase, pero está cargada de verdad. El pecado es un invento moral de la Iglesia, un yugo impuesto por la empresa con más beneficios y más antigua de la historia. Sin embargo, en estos últimos años no ha tenido tantos ingresos y se están poniendo nerviosos, con el último comunicado por ejemplo. Como el Gobierno quiere quitar la enseñanza religiosa obligatoria de nuestras escuelas, el Vaticano ha puesto la voz en el cielo, y el Papa (hiper-dopado con células madre, esas que la Iglesia no permite), como un muñeco de ventrílocuo, ha criticado la decisión del presi Zapatero. Creo que no se había enterado que desde que Franco estiró la pata la población española se ha vuelto progresivamente antieclesiástica.

Envejecemos

Ultimo viaje
Todos envejecemos y morimos, siempre lo he tenido presente, pero cuando nuestros días tocan a su fin esta idea se va difuminando y el miedo a lo inevitable es tan presente que se palpa. Cuando se es joven, la sensación de vivir para siempre corre por las venas, nunca se piensa en el momento final. Cuando llegó estaba tan cegado por la fiebre que ni me di cuenta realmente de quién era. Siempre había oído hablar de ella, nunca se presenta cuando hace aparición, tal vez porque su fama le precede y cosas tan vanales no son necesarias. En su trabajo el tiempo es oro, aunque, como una ironía, siempre llega cuando se acaba el tiempo. Allí estaba, apoyada en el marco de la puerta, con una sonrisa burlona pero seria a la vez. Su báculo era una guadaña, sus ropajes más negros que la noche, era la Parca, la Muerte que venía a buscarme.

El drama de la vejez no consiste en ser viejo, sino en haber sido joven.

Oscar Wilde