Yo no soy de los que dicen «no, yo no veo eso» y luego se sabe los más mínimos detalles y chismorreos. Lo considero una tontería. Al principio Operación Triunfo ni me iba ni me venía, pero cuando empecé a escuchar a mi [pacífica] madre gritándole a la televisión todo tipo de improperios pues me picó la curiosidad y me acerqué a su cuarto a ver qué pasaba. «La chica esta de Tenerife, Idaira, que la tienen cogida con ella». A la siguietne semana era lo mismo, así que como cualquier canario que se digne llamarse así pues me encabroné con los godos, que no peninsulares, que estaban metiéndose con una hermana de la tierra. Ya fue a la siguiente semana cuando también se me unió el sentimiento inherente en todo ser humano que se precie de defender y proteger al indefenso, al débil, al que están machacando, y fue entonces cuando sucedió lo que hoy se llama como «el fenómeno Idaira»: todo un país volcado en contra del abuso a esta chica.
Idaira tiene la moral bastante baja porque no se siente querida dentro de esa Academia, nada más, y eso se transmite a su voz. Hay formas y formas de decir las cosas, y el otro día en la gala se pasaron con ella. A la siguiente gala se notó que les tiraron de las orejas y fueron más suaves. Lo que odio de este programa es que no permiten a los concursantes tener SU propia voz, sino que tienen que seguir los cánones que les imponen. Yo tampoco cantaría a gusto si me obligan a cambiar forma de hacerlo sólo por seguir en el programa.
Operación Triunfo está pensada para que la cadena de televisión que la retransmita gane dinero con las llamadas y los sms, nada más que para eso. Negocio, nada más. Incluso se ha hablado de cierta conspiración por parte de Gestmusic y Telecinco, aunque más por parte de la cadena de televisión, para marcar a Idaira como candidata para salir de la academia y nominada asidua desde que se han dado cuenta de la capacidad de movilización que se ha conseguido, lo que se traduce en más llamadas y sms, es decir, dinerito para el bolsillo. Al tener a Idaira como mártir de la Academia se han embolsado una cantidad increíble de euros.
Señores, si Idaira no gana no pasa nada, quizás mejor para ella, porque sólo los concursantes del primer Operación Triunfo han conseguido la fama, y al resto se los han comido los bichos, incluso a los ganadores. No me gustaría ver que la chica cae en el olvido después de haber ganado.
Además, para los que no han leído «El Día» del sábado 2 de octubre, sale una entretenida entrevista que se le hizo al Kike Santander en la televisión en la que declaraba que no iba a producir un disco a Idaira si ganaba porque «no le interesaba musicalmente». Sin embargo a Soraya sí, aunque no ganase.
¿Qué futuro le espera a una chica que no va a ser producida por el propio mandamás de OT? Es cierto que no canta como los ángeles, pero de ahí a joderle la moral va un paso muy grande y eso es lo que jode al público. Desde el programa están produciendo una reacción inversamente proporcional a lo que pretenden. Mientras más se metan, más ignoren y más machaquen a Idaira más la va a votar el público. Y no, una Comunidad tan pequeña como Canarias no puede ser la artífice del apoyo incondicional que está recibiendo la chica. No sólo los canarios nos revelamos contra la injusticia y la vejación contra Idaira.
Resumiendo, siempre han existido los peninsulares, habitantes y ante todo personas de la Península Ibérica, y los godos, una degeneración caciquista-elitista de los peninsulares. El godo [o godomierda como también se le conoce] siempre tendrá ese aire superior respecto a los canarios, esos habitantes de esa república bananera que todavía no sabe si pertenece a [los Honorables y Excelentísimos territorios de] España. Teniendo en cuenta que es una colonia de recreo y vacaciones, todos los habitantes son inferiores y no merecen más respeto que el que se les brinda a los lacayos.
Pues bien, señores godos, que sepan que aquí en nuestra tierra tenemos sangre guanche, sangre de volcán, corriendo por nuestras venas y nos levantamos contra los putos godos cuando nos tocan la moral. Ah, y para incrementar su inquietud, entre sus filas hay disidentes, personas que también se levantan contra el abuso, así que tengan cuidado, porque un día de estos van a llevarse una sorpresa.