Tuvimos nuestra oportunidad, pero nunca me llamaste y por eso empecé a enfriarme, y empecé a cansarme de este cambio de estación. Cansado de falsas sonrisas, falsas miradas y falsos besos. Tuvimos nuestra oportunidad, pero no la sujetaste y por eso me escurrí entre tus dedos, y me cansé de este invierno sin calefacción. Cansado de palabras baratas, excusas baratas y caricias baratas. Pero cariño, sólo quiero que sepas que nunca quise regalos ni limosnas sin merecer. Porque todo lo que quería era que tú me quisieras y que tú quisieras que me quedara. Nada más.