Anoche, fruto de una conversación casual, surgió una idea que me pareció interesante.
La única forma
en la que podría estar tranquilo es
descansando mi cabeza sobre tu pecho
y escuchar el susurro de tu respiración sobre mí;
preguntarte entonces si me quieres
y que tu voz y tu corazón
me respondieran al unísono un sí sincero.
Sólo podría estar tranquilo
de esa manera.
«Calmaria» en portugués significa calma, tranquilidad.