A los pies de la santa cruz, arrodillada, en nombre de Jesús juraste un gran amor. Juramento no cumplido, fingiendo y engañando. Para mí fue una mentira, para Dios fue un pecado. El corazón tiene razones que la propia razón desconoce, hace promesas y juramentos pero después se olvida. Siguiendo este principio tú también prometiste, viniendo a jurar un gran amor que después olvidaste.