La sensación de volver dos años después de terminar la carrera a la Escuela donde estudié para dar una ponencia a los alumnos de los tres cursos de Fisioterapia es muy agradable. Hablar de mi trabajo y mostrarles todo lo que hacemos con nuestros pacientes, enseñarles algo que no conocían, es fantástico.
Al principio, como siempre, comienzas con un poco de nervios, pero luego te vas soltando y las cosas van saliendo solas. En las II y III Jornadas Universitarias de Fisioterapia participé en su momento junto con otros compañeros en sendas ponencias, pero esta vez fue distinto porque estaba yo sólo hablando delante de todo el mundo.
Nunca me ha costado hablar en público, es más, casi diría que me gusta, y ahora la sensación que tengo es de síndrome de abstinencia porque quiero hacer otra ponencia. ¡Necesito seguir hablando al populacho!