Tanta bobería con la jodida canción que hasta han hecho una película sobre el tema. Encima en esta página puedes ver distintas letras, esto ya es enfermizo. Pues ala, para que se joda todo el mundo ahora la tengo de tono de llamada, y pongo a Dios por testigo que antes se suicida el resto del mundo que yo. Y ojalá pudiese ponerla como tono de espera de llamada, esa cancioncita que suena mientras alguien te llama y espera a que cogas el teléfono. ¡A ver quién tendría los cojones de llamarme!
Ahora mismo la tengo puesta a toda leche en la minicadena, me he asomado a la ventana, pero no veo a ningún vecino con intenciones de hacer salto base sin paracaídas. ¡Joder, esta canción maldita es una estafa!
Los más valientes en la teoría son los más cobardes en la práctica.
El mayor problema de las malas conductas es que a menudo son adoptadas por el resto de las personas como correctas.
Prefiero permitirte que sigas pensando con tu egocentrismo que las cosas que escribo son para ti cuando en realidad no lo son. Lo más divertido de todo esto son las perlitas que me regalas a cambio, ¡impagables! Anda, léete esto e intenta aprender algo.
Estamos asistiendo a una revolución sociológica comparable a la instauración del sufragio femenino o, incluso, al sufragio universal, sólo que no supone un avance social como estos ejemplos: ha llegado un momento en el que las mujeres utilizan sexualmente a los hombres. En realidad pienso que más que una revolución se trata de una involución, pero bueno…
Supongo que desde siempre han existido mujeres que han utilizado a los hombres, pero la proporción de hombres respecto a las mujeres ha sido mayor para la parte femenina, lo cual me parece triste y totalmente condenable. Lo que no me parece nada bien es que, en lugar de ejemplificar las buenas maneras, las mujeres hayan caído en el mismo error que los hombres, diría que casi a modo de venganza, y se hayan rebajado a una conducta tan…
Otra vez sale a relucir el tema de los valores personales. Envidio a los abuelos que tratamos en el trabajo, y como ya dijo Don [P], «me gustaba más la vida de antes porque había más amor«. Algo se echa en falta, sí, es el amor.
La alcaldesa de la muy ilustre ciudad de los Adelantados, San Cristóbal de La Laguna, doña «Anita» Oramas, y el resto de su equipo son todos unos hijos de la gran puta. Uy, perdonen, quiero decir que son descendientes directos en primer grado de unas cortesanas de dudosa moral.
Hoy he pasado por la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, justo por la calle de La Carrera, y me he encontrado con que los susodichos individuos anteriormente citados se les ha ocurrido la genial idea que quitar los adoquines de la plaza que rodea a la iglesia, piedras que llevan ahí más años que los que que tienen ellos. Pero pedazo de cabrones, ¿es que no tienen suficiente con poner una mierda en enlosado en la calle Viana o Herradores o La Carrera? ¿Ahora también tienen que quitar los últimos adoquines reales que quedan en toda La Laguna? ¿En casa de qué concejal van a acabar esas piedras que merecen más respeto que todos ustedes juntos, hijos de la gran puta?
Dios, es que esta noche me voy a acostar de mala leche por culpa de los despojos humanos que se encargan de manejar el cotarro en el Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. ¿Dónde está mi ciudad? Estos cabrones se han encargado de desfigurarla, de usarla como una vulgar ramera, sólo para satisfacer sus intereses de mierda. Ojalá hubiese un Infierno donde pudiesen arder por toda la eternidad mientras les meten maletines de billetes por el ojete.
P.D. – Parece ser que en el periódico El Día se han dado cuenta del robo de los adoquines y le han dedicado la última página del 11 de enero de 2007.
Quizás será mejor que deje de buscar en el aire la razón,
no hay más dura realidad ni más ley que la verdad, y la dicta el corazón.
He pasado por momentos que me dieron mil tormentos y aquí estamos otra vez,
pero, vivos al final, dispuestos a todo mujer.
Quiero que sea esta noche tu noche y la mía.
Quiero que sea un recuerdo que no olvidaré.
Y mientras pasen los días teñidos de azul,
y queme mi cara el viento del Sur,
siempre será aquella noche, tu noche y la mía.
Y si un día la vida decide besarme en la boca
prefiero que sean tus labios al lado del mar,
porque soy de esa clase de tipos que pierden por norma.
Soy de esa clase de hombres que suelen llorar.
Y aunque vivo hasta el final, nunca encuentro mi mitad.
Quiero que sea esta noche tu noche y la mía.
Quiero que sea un recuerdo que no olvidaré.
Y mientras pasen los días teñidos de azul,
y queme mi cara el viento del Sur,
siempre será aquella noche, tu noche y la mía.
Hoy me despierto borracho de celos por ti.
Hoy miro al cielo y el cielo, mi amor, se sigue riendo de mí.
Hoy me despierto borracho de celos por ti.
Hoy miro al cielo y el cielo, mi amor, se sigue riendo de mí.
Quiero que sea esta noche tu noche y la mía.
Quiero que sea un recuerdo que no olvidaré.
Y mientras pasen los días teñidos de azul,
y queme mi cara el viento del Sur,
siempre será aquella noche, tu noche y la mía.