Me niego a despojarme de mis sentimientos, ellos son los que me hacen así y sería como negarme a mí mismo. Si me preocupo por ti, qué le vamos a hacer. Si quiero hablar contigo, qué le vamos a hacer. Si te echo de menos, qué le vamos a hacer. ¿Qué le vamos a hacer? Nada, seguiré siendo así y punto, ni puedo ni quiero omitir racionalmente esa parte de mí. Qué lástima…
¡Viva el sentido práctico de la vida! [y el sentimiento trágico también]