Ya desde hace un par de días la tarea de escribir las cosas que me preocupan me estaba resultando demasiado holgada porque, en lugar de plasmarlas con palabras, me quedaba con los pensamientos en la cabeza, los retenía, los analizaba y evaluaba y a continuación seguía con otra cosa.
Ahora toca elaborar una lista de pensamientos y hacer una raya al lado, algo así como llevar la cuenta de cada vez que se asome cada uno por mi cabeza. Tendré que llevar siempre encima una libretita para ir apuntando porque de otra manera no veo solución posible.