Incluyendo mis libros en Reader2, he puesto uno que me trae muchos recuerdos. El primer libro que leí de J.R.R. Tolkien fue El Hobbit, que lo encontré por casualidad en la librería de casa de [M], la tía de mi madre. Me llamó la atención ese nombre tan raro «hobbit», así que empecé a leerlo con curiosidad. Al principio se me hizo extraño ver aquel mapa con aquellas inscripciones, y recuerdo que pasé bastante tiempo analizándolo, observando cada detalle con avidez intentando tal vez situarlo en algún país ya que lo consideraba real.
Es posible que esta creencia mía de que el mapa correspondía a alguna región real de la geografía terrestre me incitara a leer la historia para saber de qué iba. Me duró muy poco tiempo, cuatro o cinco días, y a mis 12 años de edad ya me había embarcado en el viaje por el universo Tolkien. No, la historia no podía acabar ahi, era imposible, me había sabido a tan poco que busqué como loco entre todos los libros en busca de alguna otra continuación a la historia… Pero no tuve tanta suerte.
Sin embargo, me encontré con dos libros más del mismo autor, los Cuentos Inconclusos de Númenor y la Tierra Media. Eran los volúmenes primero y segundo, así que por suerte no llegué a leer el volumen tercero donde está escrito lo concerniente al Señor de los Anillos. Puedo decir que tuve suerte, porque hubiese destripado inintencionadamente la Gran Historia. El mundo de fantasía, razas extrañas, historias épicas y de amor, todo eso me atrapó de tal manera que cuando volví a mi casa, como éramos socios del Círculo de Lectores, y otra vez de casualidad, encontré el volumen completo de El Señor de los Anillos, los tres volúmenes en uno aunque sin los apéndices.
A los pocos meses de lectura intensiva acabé con el libro de 1100 páginas. Otra vez de casualidad, un día fuimos a casa de [F], el amigo bombero de mis padres, y me encontré frente a su biblioteca con unos libros que serían el principio y el fin del ciclo: el tercer volumen de los Cuentos Inconclusos y El Silmarillion. Rápidamente se los pedí prestados para leerlos.
La verdad es que fue una casualidad que leyese estos libros en este orden, porque de haber leído el tercer volumen de los Cuentos Inconclusos o El Silmarillion antes de leer El Hobbit y El Señor de los Anillos hubiese desbaratado la continuidad de la historia…