En realidad no quiero nada, pero también lo quiero todo. Quiero y no quiero. Es la tentación de saber… O más bien imaginar que sé, que dándote un toque al móvil podrás acercarte hasta aquí y me dejarás hablar contigo. ¿Debo molestarte? No lo sé. Quizás lo único claro que tengo en mi mente desordenada es que me siento bien contigo y me falta algo cuando te vas…
Al final voy a optar por molestarte, hacerte volver de donde quiera que estés, todo porque soy un egoísta… Un egoísta empedernido, y todo por ti… Lo siento, a veces me apiado de ti por tener que aguantar a alguien como yo, a alguien que está aquí abajo en el suelo…
Uhmm..