Ahora duermes, ¿o te haces la dormida? Me gusta verte así, y es que mientras duermes observo la inocencia de tus facciones. Qué guapa eres… Ya, ya sé, siempre llevando la contraria. Vaya deporte más raro tienes, y lo peor es que parece que te gusta. Te he hechado mucho de menos, no sabes cuánto… No, por favor, no me lleves más la contraria, acepta las palabras que te ofrezco como una ofrenda y no las rechaces. ¿Por qué eres así? Intento entenderte, pero por más que lo intento menos te entiendo, vaya paradoja. Como quieras, no deseo seguir defendiéndome y defendiendo a mis palabras. Está bien, tienes razón, así conseguiré que me dejes callarte con un beso. Buenas noches, que descanses.