Así soy yo

Como bien me definió ayer mi gran amigo y futuro psicólogo, soy un individuo con un locus de control externo. ¿Quiénes son estos individuos? Son aquellos que identifican a los acontecimientos que les suceden como resultado de fuerzas ajenas o externas a ellos mismos y que éstas actúan independientemente de sus actos. Es decir, lo que ocurre no lo he provocado yo, ha sido la casualidad, otra persona, es imposible que fuese yo. No soy exactamente así, sólo que necesito saber el origen de las cosas, las causas, la razón por la que ocurren.

Además, como no se debe ser puristas, a veces soy una persona con un locus de control interno, personas que explican un acontecimiento como contingente a su propia conducta. Muchas veces atribuyo los sucesos como consecuencia de mis acciones y pensamientos, y a lo mejor es posible que no sea así.

Me gusta investigar, no lo puedo negar, buscar las causas, y es por eso que he encontrado información sobre el amor, lo he diseccionado y éste es el resultado.

Jamiroquai – Picture of My Life

Jamiroquai lyrics

I never had a dream that I could follow through
Only tears left to stain, dry my eyes once again
I donâÂ?Ä?t know who I am, or what IâÂ?Ä?m gonna do
Been so long IâÂ?Ä?ve been hopelessly confused
This can never really end, itâÂ?Ä?s infinitely sad
Can someone tell me when
Something good became so bad
So if you have a cure
To me would you please send
A picture of my life
With a letter telling how
It should really be instead

The precipice is there
But will I ever dare
Throw myself in the sky, so at last I can die
See IâÂ?Ä?ve become a man
Who holds nothing too dear
Who will mind if I just disappear
This can never really end, itâÂ?Ä?s infinitely sad
Can someone tell me when
Something good became so bad
So if you have a cure
To me would you please send
A picture of my life
With a letter telling how
It should really be instead

Oh, tell me how it really should be


Me encanta esta canción, y como la estaba escuchando ahora y es cortita he decidido poner la letra. El sonido suave melódico, los violines, la guitarra… Buena combinación sin duda, un cambio respecto a lo que nos tiene acostumbrados este genial grupo.

Luego hablamos

Recuérdame que por la mañana tenemos que hablar de amor, ¿sí? No te asustes, sé que es una palabra que muchos labios pronuncian pero pocos corazones sienten. Simplemente voy a hacer una disección del amor, pero no quiero adelantadar nada por ahora, así que me voy a dormir. Buenas noches.

Ah, se me olvidaba que también tengo que nombrar:

  • Individuo con un locus de control externo, como bien me ha definido mi gran amigo psicólogo.
  • El examen de Neuro, regalito de cumpleaños.

Creo que nada más…

¿Pero qué me pasa?

A veces me pregunto «¿pero qué me pasa?». Escribo cosas que no debería escribir, que deberían estar guardadas en un cajón de mi pensamiento. No pretendo dar publicidad a todas las cosas que pienso y siento, es sólo que necesito escribirlo. De vez en cuando aparecen frases bonitas, interesantes, pero intento mirarlo desde un punto de vista objetivo y pienso «pero qué empalagoso soy». ¿Lo soy? No sé si lo soy con seguridad, sólo sé que lo que siento es real, y lo que escribo también lo es. Vale, hay cosas que las imagino pero, ¿lo que imaginamos no es real? Es real en mi cabeza, lo imagino y creo que es real, así que puedo afirmar que para mí lo es.

Son esos momentos de somnolencia, que abren esa pequeña grieta en el muro de contención y dejan escapar pensamientos sueltos que se van entrecruzando y plasmando en estas líneas. ¿Las imagino, nacen de la nada, o ya existen en mi cabeza como un compendio de personas, situaciones y lugares? Vaya, parece que no todo es imaginación, que tú existes y no te he creado. Tengo sueño, demasiado sueño como para estar aquí escribiendo, así que iré a la cama con la esperanza de imaginarte, o más bien, rescatarte de la marea de mis pensamientos.

Otro día más

Acabo de llegar de la cena-celebración de mi cumpleaños. Este sábado volveremos a repetir cena, a ver qué tal. Me han regalado dos pantalones cortos, una camiseta y un bañador. Bastante más de lo que me esperaba, ya que no pedía nada… Bueno, en realidad sí quería algo, el regalo más importante que me hubiesen podido hacer…

Cómo explicarte que eres el único regalo que realmente esperaba recibir, todo lo demás no tiene importancia, tu piel y tus caricias, tu pelo y tu aroma, tus labios y tu sonrisa… Es por eso que me gustas, y quiero tenerte cerca, así de egoísta soy. Sé que no tienes dueño, no lo quieres tener, y yo no quiero serlo. No soporto ver a un ave entre barrotes cuando su mayor deseo es volar libre en el cielo, y menos aún cuando esos barrotes los he impuesto yo.

La distancia no es tan grande, pero es un abismo insalvable que nos separa. Cada día que te echo de menos se me clava en la carne como agujas, y son esos cortos momentos que compartimos los que me calman este dolor sordo que me quema. Soy un mimoso patológico, lo reconozco, pero en mi caso no es el primer paso para recuperarme porque no quiero hacerlo. Quiero seguir siendo así, no puedo cambiar lo que soy, siempre necesitaré de tu cariño, tus caricias y tus besos, o simplemente tus palabras dulces, esas que de vez en cuando dejas escapar del dominio del miedo a quererme.

Te siento y me sientes, nos sentimos y nos vivimos el uno al otro. Soy egocéntrico a ratos, lo sé, así como egoísta por momentos, pero es que mis deseos de tenerte cerca, de ser el centro de tu universo por un instante, me abruman y me sobrepasan. Soy así, lo siento, no puedo hacer nada por evitarlo, más bien seguir siendo así, intentando que mi mirada no sea ambigua bajo tu mirada, «con estilo», mi estilo propio y sincero.

Corazón mío, ¿dónde te has ido? Te necesito para vivir así como para morir por ti. Eres mi vida y mi muerte, pues sin ti sufro de la muerte en vida, muriendo por volverte a sentir.

Un año más viejo…

Técnicamente hasta las 14:30 no es mi cumpleaños «oficial» pero bueno… Ya que estamos, apúntame un año más por ahí.

Por cierto, no se nota lo de tener un año más… ÂáAh! Que tengo un examen de Neuro y yo todavía sin desayunar, ni ducharme, ni cambiarme de ropa… Hay cosas que nunca cambian, aunque pasen los años.