Sabes que sueño despierto a menudo, y muchas veces apareces en mis momentos oníricos durante la vigilia. Esta noche soñé que volvía a tu lado, que no me esperaba mi cama vacía sino que yacías en tu lecho esperándome. Imaginé que, desnudo salvo por el vestido de mi alma, me introducía debajo de tu edredón y tu piel le daba la bienvenida a mi piel.
«Umm… Hola, por fin llegas… Te he estado esperando toda la noche…»
Perdona que te despierte, mi bella dama nocturna, y que irrumpa en tu reino de sombras, pero necesito de tu calor para el frío de mi corazón. Haces que brote de mi pecho una llama que me reconforta cuerpo y alma, ¿me dejarás un espacio en tu ardiente fuero interno? Hace tanto tiempo desde la última vez… Los segundos me parecen eternos si ti. Por favor, no me dejes echarte de menos.
En estos momentos duermes, sueñas… ¿Apareceré en tus pensamientos? Me gustaría decirte tantas cosas… Me gustaría hacerte tantas cosas… Sí, quiero estar contigo, quiero pasar mi tiempo contigo, quiero dormir contigo y tener la seguridad de que cuando despierte por la mañana no será un sueño y seguirás a mi lado, con tu piel de canela y seda cerca de mi corazón.
Soy un iluso, lo sé, pues vivo de esperanzas e ilusiones, pero soy un soñador nato y no puedo evitarlo. Sueño contigo y ansío despertar junto a ti, ¿tan malo es? Sólo espero volver a poder saborear el mágico momento de tu pasión y el despertar de mi sueño a tu lado. Dulces sueños, mi princesa.