The Five Corners Quintet – This Could Be the Start of Something (feat. Mark Murphy)

Hace ya varios años que sigo a The Five Corners Quintet pero hoy he recordado esta canción, una versión de este clásico en la voz del crooner Mark Murphy. El autor original de la canción es Steve Allen, conocido por la mayoría como un comediante por su trabajo en los programas «The Tonight Show» y «The Steve Allen Show». Pero también fue un compositor y letrista tremendamente prolífico y apasionado que ha escrito miles de canciones, desde el dixieland al jazz o el blues. En su libro «Steve Allen’s Songs: 100 lyrics with commentary» ha seleccionado y comentado cien de sus canciones favoritas entre las que se encuentra «This Could Be the Start of Something»:

It is a good question whether I can properly take credit for this number at all, given that it ocurred to me in a dream. I had been assigned, by producer Joe Cates, to write the score for a musical, The Bachelor, which was presented on NBC-TV in 1956. Obviously, once the creative portions of my brain had accepted the assignment, they got to work and continued to function whether I was awake or asleep.

The first seven or eight lines of the lyric were part of the dream as was the main melody line. Thank goodness I was able to recall that much when I awakened, at which point I made a few handwritten notes. The bridge or alternative melody was created a day or so later. Over one hundred artists, in various parts of the wold, have recorded the song during the last four decades.

De este mismo libro he extraído la letra original de la canción, que no es exactamente igual a la que canta Mark Murphy.

Canarias Jazz & más Heineken 2010 (y III)

Ayer asistí de nuevo al escenario ubicado en la Plaza de Europa del Puerto de la Cruz donde tienen lugar algunos conciertos del XIX Festival Internacional Canarias Jazz & más Heineken. Anoche comenzó el espectáculo J.A.M. Trio, la agrupación formada por el grancanario José Alberto Medina al piano y los argentinos Paco Weht al contrabajo y Mariano Seimberg a la batería. Su interpretación está muy marcada por estilos como el swing, el afrobeat o el drum&bass, por lo que se encuentran mejor ubicados en el «nu jazz» más que en el más clásico.

El piano sonó de manera fantástica y destacó por la elegancia melódica de sus interpretaciones en solitario, con gran expresividad del músico y complicidad con sus compañeros. El bajo marcó las notas de manera perfecta, como un reloj, y en los solos consiguió arrancar profusos aplausos por parte del público. La batería ejecutó la parte rítmica increíblemente sobre todo en las piezas más cercanas al estilo drum&bass, con cambios ajustados y sincopados que, personalmente, me encantaron. Este trío interpretó piezas variadas presentes en los tres discos editados e incluso regaló una pieza inédita presente en su cuarto disco que en camino.

A continuación hizo acto de presencia Jacques Schwarz-Bart Quartet, cuarteto que toma su nombre de su saxofonista nacido en la caribeña isla de Guadalupe, en Las Antillas. El resto del grupo lo forman Baptiste Trotignon al piano, Reggie Washington al bajo y Leon Parker a la batería. Tanto el pianista como el bajista poseen discos propios en su haber, lo que confiere a este cuarteto un alto nivel profesional. Los temas que interpretaron estaban marcados por los orígenes isleños de Jacques Schwarz-Bart pero combinados con el estilo bebop del jazz entre otras influencias como el afrobeat.

Todos los músicos ejecutaron las piezas de manera fantástica y brillaron especialmente en los solos que cada uno de ellos pudo interpretar, que a título personal fueron mucho más digeribles que los que tuvo Miguel Zenón Quartet, por ejemplo. El bajista alternó entre el contrabajo y el bajo eléctrico en los distintos temas, pero su virtuosismo con ambos instrumentos no dejaba lugar a dudas. Tanto el saxofonista como el batería lucieron gafas de sol oscuras, una excentricidad innecesaria pero totalmente perdonable. En el momento del bis, los músicos hicieron levantar de sus asientos a los presentes y pidieron la participación del público con palmas y coros.

Siempre tengo alguna nota negativa preparada y no iba a ser menos. La mayor parte de los asistentes comentamos lo maltrecha que teníamos nuestra espalda por culpa de los instrumentos de tortura que habían colocado como asientos. Durante la actuación del segundo grupo, afortunadamente en los últimos temas, hicieron aparición unos personajes extraños que gritaban y danzaban como si se hallasne en un estado de secuestro químico, léase alcohol o cualquier estupefaciente.

Canarias Jazz & más Heineken 2010 (y II)

Anoche tuvo lugar en la Plaza de Europa del municipio tinerfeño del Puerto de la Cruz otra cita con el XIX Festival Internacional Canarias Jazz & más Heineken. Abrió el espectáculo Yul Ballesteros Quartet dirigido por este guitarrista oriundo de la vecina isla de Gran Canaria. Estaba acompañado por el gran saxofonista Kike Perdomo que hizo las veces de acompañante y magnífico solista. Una nota curiosa es que tanto el batería como el contrabajista eran caras conocidas, se trataba de Ari Hoenig y Orlando Le Fleming respectivamente, artistas que hicieron gala de su capacidad interpretativa el día anterior en el Auditorio de Tenerife.

En esta ocasión el protagonismo recaía principalmente en el guitarrista Yul Ballesteros que, dentro del género del smooth jazz, deleitó a los presentes con una gran armonía a la guitarra tanto en los acompañamientos como en los solos. Lejos de interpretaciones abruptas, todos los músicos hicieron gala de una suavidad y una elegancia excelentes. Sin embargo, el público no quiso insistir demasiado en reclamar un bis, una nota negativa a la impecable actuación.

Después hubo un descanso de unos quince minutos en los que yo aproveché para tomarme una caña bien fresca mientras los miembros del staff retiraban los instrumentos para dejar espacio a la siguiente actuación a cargo de Angélique Kidjo, que venía auspiciada por la Casa África. He de confesar que no conocía a esta artista así que cuando comenzó a cantar enseguida supe que lo que estaba por venir no se podía clasificar dentro del jazz. Cuando empezaron a brotar ritmos que invitaban a estar de pie y bailar comprendí que estando sentado en mi silla no iba a disfrutar lo mismo, pero incluso así continué en mi lugar. Pude observar cómo algunas personas del público que estaban de pie se animaban a bailar y fue entonces cuando irrumpieron en la parte delantera del aforo. La artista hizo gala de una gran capacidad vocal así de unas grandes dotes para el baile, lo cual no hacía sino animar aún más a los asistentes.

Todo el público que hasta ese momento se hallaba retenido en sus asientos se puso entonces de pie, Angélique se bajó del escenario y se paseó por toda la plaza mientras cantaba e invitaba a quien encontraba a su paso a cantar con ella. A partir de ahí el espectáculo se volvió en un completo festival de bailes y algarabía hasta el punto de invitar al público a que subiese para bailar y cantar con ella. Obviamente yo no iba a ser menos y me lancé de cabeza a disfrutar en medio de la multitud de un espectáculo atípico en el que al lado de la cantante y el resto de sus músicos bailamos y coreamos sus canciones.

Como curiosidad, ayer era el cumpleaños de la cantante así que todos los allí presentes le cantamos el «happy birthday». Luego el percusionista trajo consigo uno de sus tambores para que quien quisiera bailara a su ritmo. Cuando terminó la actuación nos invitaron a abandonar el escenario pero ahí no podía terminar, así que de nuevo salieron los artistas para hacer el bis y volver a poner a saltar, bailar y gritar a toda la Plaza de Europa.

Canarias Jazz & más Heineken 2010

El 9 de julio arrancó el Festival Internacional Canarias Jazz & más Heineken en su XIX edición. Me quedó mucha pena de no haber asistido al concierto que dio CéU en la Plaza del Auditorio de Tenerife en primer lugar porque no tenía constancia del mismo y en segundo lugar porque de todas formas al día siguiente tenía que madrugar.

A la actuación que sí pude asistir fue la de Dee Dee Bridgewater el lunes 12 que prometía interpretar los temas más emblemáticos de la gran diva Billie Hollyday. De los temas que interpretó esta cantante de Memphis no conocía ni uno solamente aunque, eso sí, hizo gala de su gran capacidad interpretativa y regalando algunas improvisaciones de scat. En el escenario fue todo un espectáculo, bailando al son de la música y con mucha complicidad con los músicos de su banda.

Edsel Gomez estaba al piano, con la curiosidad de poseer antepasados canarios como él mismo pudo comentar; Lewis Hash deslumbró con algunos solos de batería impresionantes; Craig Handy acompañó de manera muy elegante a cargo del saxo y la flauta travesera, además de regalar unos cuantos solos con una armonía fantástica. Kenny Davis, el bajista, tuvo la oportunidad de tocar a dúo con la cantante, uno de los momentos junto con el solo del batería que más me gustaron de toda la velada.

Ayer, martes 13, el Ari Hoenig Trio tuvo su cita en la sala de cámara del Auditorio de Tenerife, dirigido por el batería Ari Hoenig que sorprendió al público con su increíble interpretación a la batería. Este hombre apareció con una camiseta roja con la bandera española impresa donde se podía leer «yo soy español» escrito sobre las barras horizontales. Los cambios de ritmo y los solos vertiginosos de este virtuoso de la percusión me dejaron estupefacto pero lo que sin duda alguna fue lo más increíble es la capacidad que tiene este músico para distorsionar el sonido de su batería con sus manos, codos o baquetas para conseguir extraer distintas notas.

El trío se completa con Giled Hekselman a la guitarra eléctrica, que supo extraer de las cuerdas de su instrumento desde acordes suaves hasta notas punzantes en sus solos. Al bajo estaba Orlando Le Fleming que, si mal no recuerdo, no tuvo ocasión de realizar ningún solo y se limitó a acompañar a los otros dos músicos. La nota negativa ha sido una persona que se encontraba un par de filas detrás de mí que no paró de interrumpir con gritos en inglés a los múisicos que, lejos de animar el ambiente, consiguió que gran parte del público se sintiese incómoda y molesta.

Después de esta actuación hubo un descanso de unos quince minutos y seguidamente hizo su aparición el Miguel Zenón Quartet, dirigido por el saxofonista puertorriqueño Miguel Zenón y con Luis Perdomo al piano, Hans Glawishing al bajo y Henry Cole a la batería. El saxofonista tan sólo se dirigió al público cuando estaba a punto de finalizar su actuación nada más, lo cual no sé si será un aspecto típico en él o es que deliberadamente y por alguna razón lo quiso hacer así. Todos los músicos excepto el bajista tuvieron ocasión de realizar solos que, para mi gusto, fueron demasiado extensos, lo cual no resta mérito a su interpretación pero sí que podían resultar un poco difíciles para aquellas personas poco familiarizadas con el jazz.

De hecho, durante la misma hubo algunas personas del público que se levantaron de sus asientos y se marcharon. Es más, al finalizar una gran parte de los asistentes abandonó la sala antes del bis del cuarteto, quedando el aforo bastante vacío, una pena porque interpretó una versión del bolero «Cómo fue», original del cubano Ernesto “Tito” Duarte Hernández, que fue sobresaliente. Personalmente, esta ha sido la actuación que menos me ha gustado de las tres que he visto hasta el día de hoy. Por cierto, las dos últimas fotos son del concierto en el Paraninfo de la ULPGC, cuando cuelguen las del Auditorio las cambiaré.

Tu vuò fà l’americano

Tu vuò fà l’americano (tú quieres ser americano) es una canción original compuesta por Renato Carosone con letra de Nicola «Nisa» Salermo en 1956.

Fue utilizada en la banda sonora de la película The Talented Mr. Ripley (El talento de Mr. Ripley) en la que Matt Damon y Jude Law la interpretaban.

Y recientemente el grupo Yolanda Be Cool junto al productor DCUP han utilizado samples de esta canción para hacer un remix titulado We No Speak Americano con un estilo electrónico, todo un atentado terrorista.

Afortunadamente no todos compartimos los mismos gustos.

‘s wonderful

‘s wonderful es una canción popular compuesta por George Gershwin, con letra de Ira Gershwin. Fue presentada en el musical de Broadway Funny Face (1927) por Adele Astaire y Allen Kearns.

Y aquí tenemos a la gran Diana Krall interpretando el clásico de una manera deliciosa, con un toque de jazz y bossa nova.