Que sepas que no es nada fácil cuando despierto de madrugada con frío, temblando en la cama. Y al girarme te huelo, y en la oscuridad te tiento para calmar lo que siento, pero es sólo tu olor en mi almohada. Que sepas que no es nada fácil cuando a mi lado te veo pasar y un silencio helado me hace callar. Y quiero poder decirte que tienes razón, que soy cobarde, sin agallas, por no animarme a tan sólo dejarme llevar. Que sepas que no es nada fácil no mirate, tan lejos y tan cerca cuando tan sólo ayer besaba tu nuca. Porque aún perdura el recuerdo sobre mis labios, aquellos besos mudos, de cuando nos unimos en el nudo de quien al fin encuentra lo que busca. Que sepas que no es nada fácil arrancar del pecho la esperanza apostando todo o nada a la ausencia. Para luego darte cuenta que esa presión que tanto aprieta no abandona, se aferra a la puerta y más se clava como una lanza. Pero supongo que tú ya lo sabes, que no es nada fácil... Sentir.
Era sencillo
Mirando en tu corazón lo sabes, era sencillo. Como la lluvia para la semilla, fuiste hecha para mí, aunque las hiedras venenosas a veces crecen hasta en los jardines más cuidados. Si me preguntas de frente te puedo decir sin rodeos que adoraba tenerte cerca en aquellos días lluviosos. Me gustaba el tacto de tu mano, la manera en que no exigías nada más de mí.
Porque nuestro amor era sencillo, como el agua que se desliza sobre los cantos de la playa. Físicamente hablando, estábamos hechos para durar, pero mira ahora todos esos fragmentos de nuestro pasado. Allí están mis caricias en tus muslos, allá están tus dedos en mi espalda… Y ahora nos encontramos y nos besamos como la primera vez, sin aceptar nunca de este fin sin fin.
Era sencillo, pero nosotros no lo somos.
Seis días
Seis días y unas cuantas horas más que mis ojos no se deleitan en ti. Tu cuerpo no acaricia ya mis manos, y de nuevo amanece casi helado un corazón ya cansado de latir. Otra vez te extraña mi almohada empapada de sueños y amor. Y pensaba que ya había aprendido, que a tu ausencia me había acostumbrado, pero la realidad me devuelve el dolor. Ya seis días sufriendo nostalgias por aquello que no pude hacer. Y aunque tenga el pecho de acero a veces pareciera que muero estando lejos de donde quiero volver. Por eso espero tu regreso como un regalo, mas no sé si debo o si acaso es algo malo. Pero hasta entonces sólo me queda suspirar cuando tantas veces no nos podemos besar.
Todo lo que se irá mañana
Es de noche, ya tarde, y beso tu hombro. Sí, no me lo digas, ya me lo imagino: tienes que levantarte temprano mañana, y sé que estás cansada, muy cansada. Me gusta estar abrazado a tu lado, tan sólo así, quiero acompañarte. Sentir a mi lado tu cuerpo, desde tu propio lado de la cama. Sabes que no me hacen falta excusas, que sólo hace falta uno para ser dos, para transformar tu cuerpo en un templo en el que poder rezar a nuestro dios. Prometo que cuando hayamos terminado te sentirás derrotada, pero mañana cuando te despiertes tan temprano, ya verás, te sentirás como nueva. No soy un tío egoísta, o eso intento. No molestar, poder sacar esta idea de mi cabeza y de mi cuerpo, pero esta noche no tengo sueño. No me puedo dormir, no puedo contar ovejas, no puedo esperar que la tele me duerma. Leo un libro, pero las palabras se pierden. Lo intento... Pero no lo intento de veras. Me giro, no puedo dejar de mirarte. Este corazón late desbocado, y maldigo mi suerte de tenerte y me siento morir, así que te beso. Tus ojos me miran y sonríen y yo sólo quiero mirarme en tu sonrisa. ¿Acaso es que tú también quieres? ¿Acaso es que me he equivocado? Recuerdo un verso que escribí ayer que decía algo parecido a lo que pienso, algo como "tu cuerpo es lo que quiero", o "tú eres todo lo que quiero tener". Da igual, todo lo que no recuerdo, ahora mismo, no tiene importancia. Sólo quiero aprovechar el tiempo hasta que te vayas temprano mañana.
Pensamiento del día
Quizás lo más importante es recordar quién eres realmente.
Lo mejor de estar equivocado es que aún estás a tiempo de salir del error; si estás en lo cierto no hay mucho más que hacer al respecto.
Los besos, al tratarse de una actividad recíproca, pueden ser calificados como buenos o malos en función de la pericia de los participantes; sólo cuando los dos implicados lo hagan bien será un buen beso.
Pensamiento del día
«Cambios de humor bruscos y repentinos» es un eufemismo tras el que se esconden los bipolares.
A veces ser verdaderamente fuerte consiste en ser capaz de perdonar a aquellos que nos han decepcionado.
¿A dónde van las gotas de agua de la clepsidra? ¿A dónde van los granos de arena del reloj? Probablemente al mismo lugar a donde se van los besos que no damos.