Inspiración

Resulta curioso que los momentos más desdichados sean los de mayor inspiración. ¿Cuánto hace que no escribo? Se me ocurren razones para esta sequía, pero las guardo a ver si germinan algún día y vuelve a crecer la plantita de mi inspiración.

En la inmensidad de mi habitación

Resulta irónico que en estos momentos, cuando estoy entre estas cuatro paredes, solo, escuchando música, mi música, la música que me gusta, y dejando que mi mente flote y se pierda… Me siento libre, extrañamente libre aún incluso con todas las ataduras que me anclan al suelo…

¿Interés?

[E] – Pues sí, me dijo que me llevaba al concierto de U2 en Madrid y al volver nos íbamos una semana a La Palma.

[S] – Vaya, así sí da gusto. Aprovecha mientras puedas porque luego se acaba el chollo, que te lo digo yo por experiencia.

[E] – Sí, sí, así sí vale la pena tener novio, que te paga los viajes y te hace regalos…


Vale, es verdad que en nuestra sociedad como en muchas otras, el chico debe de invitar a la chica, hacerle algún que otro regalo y tal… ¿Pero sólo a mí me parece que conversaciones como estas rayan en el interés más que en el amor? Casi parece una relación de conveniencia, y no me gusta nada de nada.Tengo economía de estudiante no trabajador, tengo que sobrevivir con 100€ al mes y me tiene que dar para mis gastos más la gasolina del coche. Yo no puedo andar invitando a cenar todas las veces a la chica con la que esté saliendo porque entonces me quedo sin pasta antes de llegar a mitad de mes. Pienso que debe ser algo así como con [I], que ella me invita un día y yo la invito otro día. Es más, ella muchas veces me dice que no pague porque tengo que llegar a fin de mes con dinero por si me sale un imprevisto, o simplemente porque yo pago la gasolina.

No sé, una relación basada en invitaciones y regalos no puede durar mucho, porque llegará el día en que no haya regalos tan regularmente y entonces, ¿qué queda? Si hay amor no hay problema, pero si existe interés la cosa va mal.

Así que…

No existen las equivocaciones, existe lo que hacemos y lo que no hacemos. Además, siempre es preferible arrepentirse por lo que hemos hecho que por lo que pudimos haber hecho.

No sé lo qué quieres. ¿Sabes lo que quiero? ¿Sabes lo que quieres? Pues así seguimos, náufragos en el mar de la incertidumbre.

Heridas…

La noche me mordió, me contaminó, como todas las heridas por mordedura, y desde entonces escribo en la oscuridad. La curiosidad me picó y desde aquel momento he sido una mente inquieta en busca del saber. El ángel de los ojos cubiertos me lanzó una flecha y desde ese instante sangra mi corazón.

Heridas de guerra al fin y al cabo…