Te he visto pasar junto a mi lado pero no ha sido de manera indiferente pues, en ese preciso instante, despertaron emociones largo tiempo dormidas dentro de mí. Ciertos recuerdos se revolvieron en mis entrañas al igual que fantasmas de aquellas cosas que alguna vez sentí. Bien sabes que fuiste mi locura y mi desesperación, y también sabes que estuve locamente enamorado de ti, pero eso ya forma parte del pasado, ya es historia, como retales de memoria son momentos que una vez sufrí. No te guardo rencor por tu ausencia porque, para llegar a sentirla, tendrías que haber sido mía alguna vez, pero tú y yo sabemos que eso nunca llegó a ocurrir. Heriste este pobre corazón en aquella noche con un puñal asesino de frío olvido, agonizando en el suelo, desangrándose hasta morir. Te he visto pasar junto a mi lado y pude observar que mostrabas pena y tristeza en tu faz. No es alegría lo que me provoca pero, ten por seguro, compasión no voy a sentir. Lo que tienes es la recompensa por tu trato, las consecuencias de todos tus actos, y tendrás que soportar tu pesada carga como yo una vez lo tuve que hacer por ti.
El amor según Quevedo
Clásico poema de Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas.
Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente ser amado. Es una libertad encarcelada, que dura hasta el postrero paroxismo, enfermedad que crece si es curada. Este es el niño Amor, éste es tu abismo. ¡Mirad cual amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo!
Así de contradictorio es.
Adiós, amor
AVISO: existe una nueva edición de «Adiós, amor» disponible desde diciembre del 2017. Sigue el siguiente enlace:
2ª EDICIÓN DE «ADIÓS, AMOR»
He decidido sorprender y hacerme un regalo con la excusa que hoy es mi vigésimosexto cumpleaños.
Después de un esfuerzo increíble he conseguido terminar con este proyecto en el que llevaba embarcado desde hacía tantos meses. Es difícil para alguien inconformista colgar el cartel de «FIN» en algo así, sobre todo porque lo que comenzó siendo un par de hojas escritas ha acabado siendo algo más que eso, un lugar donde he ido apuntando día a día las ideas que han ido surgiendo. Nunca he pensado en ganar dinero a costa de mis palabras, no soy un escritor profesional ni nada parecido, así que por eso he decidido publicarlo como una edición digital con una descarga libre para todo el mundo.
Seguramente, a pesar de haber revisado el texto una y otra vez todavía contenga algún que otro error gramatical, falten palabras o sobre alguna. En caso de ser así, espero ser avisado para poder corregirlo en la mayor brevedad.
A voz en cuello
El autor gomero Pedro García Cabrera recita su poesía.
La alegoría de la caverna
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Nostalgia
Qué nostalgia tengo de aquellos días... Si hubiese escuchado lo que la razón decía: "Bueno, no vas a dejar a tu alma angustiada, las personas hacen lo que el corazón dicta pero este mundo está hecho de maldad e ilusión". Si la hubiese escuchado hoy no sufriría, con esta nostalgia dentro de mi pecho. Pero si tener nostalgia es tener un defecto, yo, al menos, merezco el derecho de tener a alguien con quien me pueda confesar. Ponte en mi lugar y mira como sufre el infeliz que se tiene que desahogar diciendo a todo el mundo lo que nadie quiere decir. Mira qué situación y mira como sufre un pobre corazón, que es pobre sólo porque no cree ni en la gloria ni en el dinero para ser feliz.