Me gusta el chocolate negro y el café amargo, porque así recuerdo que las cosas de verdad no siempre tienen sabor agradable.
Querer recuperar lo que ya no tienes es una pérdida de tiempo, y mucho más cuando te das cuenta que en realidad nunca fue de tu propiedad.
Con el tiempo te das cuenta que no se echa de menos a las personas, los lugares o los objetos en sí, sino que echas de menos las emociones y sentimientos que provocaban en ti.