Las grandes revoluciones nacen a partir de pequeños acontecimientos.
Desde un principio intenta dejar claras tus intenciones y si es por escrito y por duplicado, mucho mejor; si son aceptadas luego no podrá haber lugar para reproches, al menos legalmente.
Si no hay interés recíproco, no hay nada que hacer; si es recíproco pero tiene distintas direcciones, no hay nada que hacer; si tiene la misma dirección pero distintos sentidos, no hay nada que hacer; si tiene el mismo sentido, aprovecha antes de la siguiente intersección.