Hay que prestar atención a los signos que nos muestran otras personas.
La luz viaja más rápido que el sonido; es por eso que algunas personas parecen brillantes hasta que comienzan a hablar.
Ser escéptico consiste en escuchar de manera calmada y paciente lo que otros tienen que decir y reconocer cuándo están soltando un buen montón de mierda.