Actualmente las relaciones interpersonales tienen una tasa de fracaso muy alta debido a que el consumismo imperante se ha implantado tan profundamente en nosotros y nuestra forma de vida que ni tan siquiera podemos deshacernos de su influencia en este aspecto.
El amor, el cariño y hasta la simple atracción sexual se ven condicionados de tal manera que nunca estaremos mínimamente conformes con lo que ya poseemos y estaremos permanentemente intentando encontrar algo o alguien que nos satisfaga en mayor medida.
En nuestra búsqueda de la utópica felicidad no hallaremos más que tristeza salpicada de pequeños momentos de alegría. Por el camino nos desharemos y seremos desechados, utilizaremos y nos utilizarán, pero ante todo sufriremos y haremos sufrir.
Tan sólo debemos recordar algunas frases tan manidas como «trata a los demás como desearías ser tratado» o aquella otra que dice «no es más feliz aquel que más tiene sino el que menos necesita».
Más altruismo, más empatía, más sonrisas y menos maquillaje.