Su amiga de la infancia, Guillermina Aramburu, estuvo casada durante veinte años, al cabo de los cuales su esposo la traicionó. Guillermina, que escribía canciones desde joven le regaló su creación a María Teresa Vera con la condición de que ésta nunca desvelase quién era la verdadera autora. A decir verdad, muchas canciones de María Teresa fueron creadas en realidad por Guillermina.