Nada molesta a los lados de una línea recta.
Demasiado pagada de ti misma y con complejo de autosuficiencia, qué triste…
Resulta curioso cuando, después de unas cuantas horas en un curso, llegas al coche y tienes en el parabrisas una nota de una admiradora secreta.
O.o qué guay no? y a la vez… qué incertidumbre!! Ahora a averiguar quién puede ser… o no…;)
(tengo coartada de seguir en GC 😉 jajaja)
La admiradora secreta ya no es tan secreta 😛