Puedes tener un Summa Cum Laude en la teoría pero luego un aprobado raspado en la práctica. Esto de la pasividad reactiva parecía ser algo sencillo pero la verdad es que me cuesta bastante mantenerme en mi posición, más que nada porque no soy así. Supongo que para alguien acostumbrado a estas maniobras le resultará tan fácil y automático como el hecho de respirar.
Sinceramente, qué triste es la comodidad del que espera sin esperar a nada, el que vive sin aspiraciones ni metas, el que no intenta conseguir nada simplemente porque no se propone nada. En mi caso, y por suerte para mí, igual que un camaleón interpreto un papel a modo de justicia poética, aunque tengo miedo de acabar por adaptarlo como pauta intrínseca de comportamiento.
Sólo espero no perder el norte, tanto para lo bueno como para lo malo, en la teoría y en la práctica.
Una respuesta a «La teoría y la práctica»