Hoy tuve una interesante conversación con Dña. [D] mientras la hacía trabajar paseaba con ella subiendo las escaleras desde el nivel 0 hasta la terraza en el nivel 4.
[…]
-¿Y usted no tiene novia?
-No…
-¿Que no tiene novia? No me lo puedo creer…
-No. La tuve hace ya tiempo…
-Bueno, y lo dejó usted… O le dejaron.
-Eso da igual, el tema es que para estar sufriendo no vale la pena…
-Eso sí es verdad, mi niño y te lo digo como si fueras mi hijo, no vale la pena estar así con nadie.
-Bueno, podría ser su nieto en realidad.
-Pues sí, porque mi nieto mayor tiene 33 años y también está soltero, pero es que él se junta con chicas raras…
-¡Por lo menos tiene chicas con las que juntarse! Jajaja…
-Bueno, y usted seguro que tiene chicas por ahí también…
-¡Qué va, Dña. [D]! En eso sí que voy mal…
-No, no creo. Lo que sí puede ser es que la chica que le guste a usted no le haga caso…
-Pues también…
-Ay mi niño… Si es que las mujeres somos muy exigentes, siempre pedimos más de lo que damos…
[…]
Y luego dicen que no está bien de su cabeza… Si es que las mejores conversaciones las suelo tener con mis pacientes.