Una historia que se me ocurrió así de pronto y como hace tiempo que no escribo nada creativo pues tenía que aprovechar el tirón.
Al fin, vencidos por el cansancio se abandonaron al reino de los sueños abrazados el uno al otro. Después de mucho tiempo Halbort lograba conciliar un sueño pacífico sin funestas visiones de asesinatos y destrucción pero algo en él se agitó intranquilo, haciéndole sentir un gran vacío como ya había sentido anteriormente, durante el reinado del Arcipreste.
Se despertó bañado en sudor y descubrió que su esposa no se encontraba a su lado. Nervioso la buscó en todos los rincones de los aposentos reales hasta que encontró en la balconada una nota sujeta a la madera con una flecha de plumas negras. Arrancó la nota con una mezcla de ira y temor sólo para comprobar su terrible corazonada: su esposa había sido raptada por Rahs-a-gul, lugarteniente del Arcipreste.
En alquel momento un desgarrador grito despertó a todo el palacio y procedía de los aposentos reales…
[…]
Eran las diez de la mañana mientras sonaba el tono de llamada en el auricular del teléfono hasta que alguien respondió al otro lado de la línea.
-¿Sí? ¿Quién es?
-Buenos días Frank, ¿qué tal está tu secretaria Cindy?
-¿Josh? ¿Hola tío, cómo está mi guionista favorito?
-Bien, bien, no me quejo…
-¡El videojuego está siendo un bombazo, hace una semana que lo sacamos al mercado y ya está batiendo todos los récords!
-Ya, ya, estoy al corriente y mi cuenta bancaria también. Oye, tengo una idea para la segunda parte de «El destino de Ocadia»…