Mañana es día de fiesta y espero dormir hasta las 11 por lo menos para recuperar algo de sueño perdido. ¿Nunca te has parado a pensar que el momento de mayor inspiración son los instantes de vigilia antes de conciliar el sueño? Algunos tenemos poca inspiración, pero muchos escritores se han referido alguna vez a este extraño estado de transición entre vigilia y sueño.
Me ocurre que cuando tengo mucho sueño y tengo ganas de echarme a dormir me pongo a pensar en mis cosas y justo entonces salen a flote ideas extrañas o no tan extrañas. ¿Para quién escribo? ¿Para quién escribes? ¿Te molestan mis palabras? Puedes hacer comentarios, que para eso los tengo habilitados, porque me gusta que haya diálogo [civilizado]. ¿Estás de acuerdo? También puedes comentar.
Cerca de 200 personas entran cada día en Liberitas pero no llega ni al uno porciento de comentaristas diarios. He leído por ahí algunos «manuales» sobre cómo hacer más participativo tu blog, escribiendo temas abiertos, que inciten a comentar y otros métodos. Sin embargo creo que lo más saludable [siendo egoísta] es escribir como te salga, prácticamente una escritura automática de pensamientos sin tener en cuenta si a los demás les puede interesar o no.
En serio, yo no escribo para ser interesante, tampoco para suplir ninguna carencia comunicativa ni mucho menos porque hablo muchísimo cuando la idiosincrasia es adecuada. Simplemente escribo para liberar mi cabeza de la presión de algunos pensamientos, que te los puedes tomar a bien o mal, y a veces pueden llegar a ser hirientes incluso.
Te propongo un pasatiempo: adósame en los comentarios los adjetivos que te vengan a la cabeza cuando pienses en mí. Espero respuestas…