Qué bonito se pone el cielo cuando amanece o anochece, con esos tonos rojos pintados por la naturaleza. Es entonces cuando me paro a pensar «¿cuántas veces he visto amanecer o anochecer?». Recuerdo aquellas tardes en La Gomera, echado sobre la arena aún caliente de la playa mientras el sol desaparecía en el horizonte lanzando sus últimos rayos sobre mí. O aquel verano en La Palma, cuando sentado sobre el muro de la azotea o mecido tranquilamente en la hamaca del jardín pensaba que allí más allá, en el oeste, había un océano que me separaba de otro continente. También recuerdo aquellos amaneceres después de una noche de fiesta, cansado, con sueño, pero aún con ganas de volver a ver esos colores en el cielo. Aquellas veces que nos sorprendió la claridad en Carnavales como señal para volver a casa en la guagua…
Yo recuerdo especialmente un amanecer en las cañadas del teide tras una noche de caminata y haber dormido apena una hora bajo entre las piedras sobre una vieja presa de piedra… el sol amaneciendo sobre el mar de nuves, Precioso ^^