Ayer me llegaron los CD’s de Ubuntu, aquellos que pedí antes de que saliese a la luz su última versión. La verdad, ahora me sobran, así que si alguien quiere alguno que me avise y se lo entrego en mano.
Antelación
Ya tengo las entradas para ir [I] y yo al cine el viernes 25, día del estreno de Harry Potter y el Cáliz de Fuego. La sala ya estaba media llena cuando fuimos a comprarlas el viernes pasado, así que ya a día de hoy estarán más que agotadas…
Prejuicios
Hay que ver, lo que uno se pone a pensar a estas horas de la mañana antes de ir a trabajar. Alrededor nuestro hay un sistema de prejuicios y falsas apariencias que hacen creer a los demás que nos conocen incluso antes de habernos presentado, pero esta urdida trama no es mala en absoluto. Nos permite mantener alejados a aquellos que creen en esos prejuicios y falsas apariencias de nosotros, gente que juzga y encasilla a los demás. De esta manera, sólo los que no creen en esas falacias se acercan a nosotros.
Vamos, que en realidad nos sirve a modo de criba, aunque hay veces que no funciona y siempre se cuela alguien. Pero ahí radica la parte interesante de conocer a las personas, adivinar si tienen valor para nosotros o no. Aunque claro, también puedo estar equivocado y estoy negando la posibilidad de hacer cambiar a las personas del primer grupo para que abandonen sus falsos juicios y me conozcan tal y como soy.
Pero no, no soy así. Si piensas que soy un […] antes de conocerme prefiero que sigas pensándolo hasta que te des cuenta que no lo soy o hasta que acabes por confirmar que lo soy. También puede suceder que en un principio no pienses que soy un […] y luego te des cuenta que sí lo soy, pero en tu mano queda que le pongas remedio intentado cambiarme o mandándome a la mierda. Mientras tanto, yo a mi bola y cada uno con sus juicios.
Estamos conectados
¿De verdad será cierto que un máximo de seis personas nos relacionan unos con otros? Es que vi un anuncio en Fox, pero no sé si será verdad. En una isla como la que estamos, es bastante probable, y si encima nos limitamos a una ciudad, pues todavía más. Quién sabe…
Por cierto, no sé si viene a cuento pero me acabo de acordar ahora. Hoy vi a [F] en el gimnasio, estaba sustituyendo a [C] y hablamos un rato. Estaba un poco raro, tal vez porque alguien le ha estado diciendo cosas de mí. Intentando ponerme en su lugar, es cierto que cada uno juzga según la información que tenga, sea ésta errónea o no. Sinceramente me da igual de lo que le hayan dicho, y ojalá saliese un día el tema a cuento para hablar un rato y contrastar opiniones, pero sé que no sucederá.
¿Soy una mala persona? Supongo que como todo el mundo, que a veces está de buenas y otras está de malas… Qué coño, soy jodidamente retorcido, un cabrón en toda regla, rencoroso, manipulador, insensible, frío, calculador, taimado y un largo etcétera por cortesía de muchas personas que han opinado y opinan sobre mí. Pero lo más terrible de todo es que en realidad no sé si soy así, y lo más trágico radica es que me gusta cómo soy. Bueno, hay cosas que hay que pulir, pero en general estoy satisfecho con mi forma de ser. Después de todo, hay gente que me soporta, así que algo bueno he de tener por ahí, ¿no?
En el océano de la vida…
Las relaciones interpersonales son un universo aparte. Siempre lo he dicho, lo más complicado es saber relacionarse, con quién y cómo. Nunca pidas respeto a alguien que no se respeta a sí mismo. No esperes comprender a alguien que no se comprende a sí mismo. Si sientes que pierdes el tiempo con alguien, tienes que evaluar si realmente vale la pena intentar mejorar la situación o mandarlo todo a la mierda. No mereces a nadie que te haga sufrir, no vale la pena.
Las relaciones son inversiones, a veces salen mal y otras veces salen bien. Si crees que vas a obtener beneficios, sigue adelante, pero si vas a tener pérdidas, ahí se debe poner fin. Nuestra felicididad, al contrario de lo que muchos piensan, es una riqueza limitada, así que olvídate de todos esos egoístas que sólo quieren llenar su saco a costa de vaciar el de los demás. Tiene que haber una reciprocidad, un intercambio justo, interés mutuo, porque si no la relación se torna en parasitismo. Que nadie te robe tu felicidad, resiste, defiende, que nadie te haga desfallecer y te arranque tu bien más preciado.
Ten siempre presente que la pérdida no es más que una nueva oportunidad para encontrar, el mundo no se acaba. Y recuerda, si esa persona te hiere es que no la mereces. En el océano de la vida no es más que un pequeño pez, así que sal ahí fuera a nadar.
Frío ascendente
Hoy tuve partido en el campo de La Esperanza y, señoras y señores, eso sí que es frío. Siempre digo lo mismo, me repito, pero es cierto: si fuese un frío «seco» como puede hacer en algunas zonas de la Península pues se podría aguantar más, pero al ser un frío «húmedo» te entra hasta los huesos, estés abrigado o no. Empieza por los pies, y te va ascendiendo por las piernas hacia arriba, de ahí el nombre que le doy, frío ascendente.
Y menos mal que no llovía, porque si no entonces hubiese sido el remate. Hacía un poco de brisa ligera y se hacía notar, aumentando la sensación de frío. No entraré en la teoría física del calor, el frío y el intercambio de temperatura… Pero la sé, que conste, y no voy a aburrir al personal. La próxima vez llevaré un pasamontañas o algo que me cubra las orejas, porque acabaron prácticamente escarchadas.