Al fin he tenido noticias tuyas, al fin he conseguido comunicarme contigo desde aquí abajo, y no sabes lo bien que me ha sentado. Me has hecho recordar viejos momentos, los buenos y mejores, como aquella vez que bailamos juntos o aquella otra en la que compartimos la cena. Te haces extrañar, todavía no me acostumbro a pensar que estás lejos, incomunicada, sin posibilidades de volver a tener las conversaciones que teníamos. Lo bueno siempre se acaba, es verdad, pero vivo de la ilusión que algún día volverá. ¿Cuánto te he echado de menos? Más de lo que imaginas.
No te preocupes, no me moveré de aquí, siempre esperando aquí abajo en el suelo…