No hace falta complicar las cosas aún más, porque a todos nos vendría mejor simplificar un poco. No digo que disfrutes del sufrimiento, porque sufrir es inevitable cuando algo te importa lo suficiente. Pero es que sufrir también es parte de la experiencia de vivir y, a menudo es lo que nos enriquece. Pero algo muy diferente es amargarnos la existencia, porque no hay necesidad de ser masoquista.
Si echas de menos a alguien, simplemente llama o manda un mensaje.
Si quieres quedar, no esperes una invitación y toma la iniciativa.
Si te sientes incomprendido, prueba a explicar mejor las cosas.
Si tienes dudas, no dejes de preguntar.
Si algo no te gusta, dilo y exprésate.
Si algo te gusta, da las gracias y compártelo.
Si quieres algo, piensa si realmente lo necesitas y, si es así, pídelo.
Si quieres a alguien, díselo.
Pero, sobre todo y ante todo, no pierdas el tiempo.