Chris Cunningham «apantalló» al mundo, utilizando literalmente el término, en 1995 cuando hizo su debut como director con un video de seis minutos titulado Come to Daddy (Ven con papá) para el grupo Aphex Twin. Este video, supuestamente aterrador e impactante, presenta las imágenes de unos pequeños seres demoníacos que habitan libremente por las calles de Londres.
Todos tienen la fisonomía de Richard D. James y encuentran a la víctima perfecta, una viejita en tenis que está paseando a su perro. El líder de estos seres, un personaje casi esquelético y desfigurado, surge de un televisor y ataca a la abuelita con un grito de aliento demoniaco: «I want your soul. I will eat your soul.» Y termina, celebrando el evento en una reunión con sus pequeños monstruos en algo que podría ser el infierno.
El impacto provocado por este video llevó a gran polémica, por un lado fue ganador del premio en el France’s MCM Video Festival y nominado varias veces por agrupaciones de igual importancia, pero al mismo tiempo fue muy criticado por su violencia. La respuesta de Cunningham a las críticas se convirtió en una cita histórica: «Yo no considero que mi video sea aterrador, más bien creo que es un tanto cómico. Aterradores me parecen, por ejemplo, los videos de las Spice Girls».
Nacido en Londres en 1971, Cunningham manifiesta desde niño una inmensa pasión por los seres extraordinarios, figuras extrañas y monstruos horrorosos. A los 16 años se le presenta la oportunidad de mostrar sus dibujos y esculturas a un productor de los estudios cinematográficos de Pinewood y comienza a trabajar en el área de efectos especiales. Al poco tiempo, mostró su talento con los modelos para las películas «Razas de Noche» y «Alien 3» donde participa esculpiendo al famoso monstruo creado por Hans Rudi Giger, en escenarios futuristas y post-industriales creando esa atmósfera angustiante y decrépita tan característica del autor. Desde entonces Cunnigham no ha detenido su trabajo creativo. Ha realizado videos para varios grupos de primer nivel entre los que se encuentran el mencionado Aphex Twin y Madonna, con su famoso video «Frozen», quizás el video musical más caro de toda la historia.
«Tal vez no debería presumir de esto, pero ustedes saben que con los videos de música no hay demasiada inteligencia detrás. No estoy tratando de manifestar una realidad social ni tampoco intento comunicarle al público lo que siento. Estos videos son simplemente la manipulación del sonido con la imagen y la mayor parte de las decisiones son actos reflexivos» (Flux, #14).
Aún a pesar de esta consideración hecha por el mismo Cunningham, su capacidad imaginativa y el atrevimiento visual de su trabajo lo han llevado a ser considerado uno de los directores más importantes. Visionario y atrevido, fanático de la cibercultura, los cómics y la «sci-fi», nos muestra sin escrúpulos el impacto provocado por la tecnología en la cultura moderna y las relaciones humanas.
Ejemplo perfecto de esto, es el video realizado para la cantante islandesa Björk «All is Full of Love» . Grabado en 1999, este video presenta, con una limpieza y elegancia supremas, dos Björks robotizadas que, mientras están en el proceso de ser ensambladas y armadas por otro robot, se cantan una a la otra y se enamoran. El video llega al clímax cuando ambos robots se unen en un abrazo, tierno y frío a la vez y se besan en medio de toda aquella estructura mecánica que les dio vida.
Chris habla de haber abordado, con este video, una serie de fetiches que van desde la robótica y la industrialización hasta la anatomía femenina. «Era perfecto, tuve que jugar, nuevamente, con las dos cosas que más me gustaban cuando era un adolescente: los robots y la pornografía» (Dazed and Confused #55, June 99). La esterilidad del cuarto, la luz y los movimientos rígidos de las máquinas contrastan con las emociones fluidas que muestran a las robots en un ambiente casi conmovedor y humano. En un solo impacto, recibimos mensajes que alteran nuestra «humana» seguridad, son dos máquinas que sienten pero además, son homosexuales.
Las extrañas asociaciones de Cunningham se materializan en criaturas imaginarias esculpidas por él mismo, conjuntamente con las imágenes manipuladas digitalmente, que tienen como resultado un realismo impactante. Notablemente influenciado por los clásicos de la ciencia ficción como la mítica película de Ridley Scott «Blade Runner», los oscuros trabajos de David Lynch («Blue Velvet», «Twin Peaks», «Lost Highway») y las obras literarias de Ballard y William Gibson, Chris Cunningham ha trascendido los límites del video y comienza su trabajo fílmico con su primer cortometraje «Flex», realizado en el 2000 y con música de Aphex Twin.
«Flex» es una pieza agresiva y violenta, pero también conmovedora y poderosamente atractiva. Nos ataca visualmente con una intensidad brutal lograda a través de la luz y el sonido, del movimiento de los cuerpos y su sensualidad.
El video comienza con la presencia de dos cuerpos abrazados, un hombre y una mujer, ambos fuertes, atractivos, sensuales. Con movimientos ligeros, flotando en un espacio acuoso, iluminados diagonalmente, se mueven armónicos. Pero de pronto, algo sucede, el ambiente se tensa, todo el espacio se vuelve rígido y comienzan a golpearse; despiadadamente, violentamente, la mujer le rompe la boca al hombre de un solo golpe, el tipo le devuelve un auténtico gancho al hígado y no paran, no paran hasta quedar tendidos, ensangrentados, acabados y entonces sigue, la mujer se mueve, busca y comienza a arrastrarse, en un proceso lento.
Pero no todo es calma aún, porque empiezan a aparecer por segundos imágenes que nos vuelven a violentar, pero esta vez son imágenes de una crudeza sexual casi pornográfica, o no casi, más bien absolutamente pornográfica: una inmensa vagina abierta, un close up de unas nalgas, un pene erecto del tamaño de la pantalla. Entonces, los cuerpos, dolidos y sangrando, se unen en un abrazo y comienzan una danza sexual que se parte en pedazos, se ilumina, los envuelve. Los cuerpos se funden en la luz y vuelve el agua, nuevamente se atacan pero ahora con el deseo y la pasión. Es simplemente perfecto, completo, agotador .
Chris Cunnigham nos está mostrando con Flex una parte lo que es capaz de fabricar a través de las imágenes y la música. En el 2000 se notificó que estaba trabajando en su primer largometraje «Neuromancer» de William Gibson. Esta novela fue publicada en 1984 y es una obra que sentó las bases de lo que hoy se conoce como cibercultura, a través de una historia que se sitúa en un futuro dominado por microprocesadores e inteligencias artificiales. Ha pasado más de un año y aún no hay noticias, algunos hablan de que es un proyecto muerto. Se había dicho que si Kubrik había sorprendido al mundo en 1968 con «2001: Odisea del espacio», Cunningham sorprendería al 2001 con Neuromancer.
(Extraído de Réplica21)
Después de innumerables promesas nunca cumplidas y de varias salidas en falso, ahora parece que sí: Chris Cunningham vuelve. Poquito, de momento. El 23 de mayo se edita directamente en DVD Rubber Johnny, un cortometraje de poco más de 6 minutos que inicia una serie de trabajos experimentales con la que el gran icono del videoclip en los 90 inaugura una nueva etapa en su carrera. A pesar de estar más cercanos en espíritu al cirtuito artístico que al comercial, el realizador y su productora Warp Films van a probar el experimento de editar lujosamente esta serie de piezas en DVD a precios asequibles. Se trata de explorar si el tirón de un nombre como Cunningham es suficiente para financiar esta clase de trabajos sin tener que depender de galerías de arte ni departamentos de marketing de sellos discográficos. La idea es interesante porque el futuro del videoclip en su encarnación actual es preocupante; mientras los que paguen las facturas sean los sellos discográficos y los presupuestos de promoción sigan cayendo, directores como Cunningham lo van a tener cada vez más difícil para trabajar dentro de los engranajes de la industria de la música.
Rubber Johnny es otra colaboración más entre Cunningham y Aphex Twin, su músico fetiche, y recupera muchas de las obsesiones de «Come to Daddy» o «Windowlicker»: la fina línea entre el horror y la parodia, el cuerpo como objeto en permanente mutación. Johnny es un joven deforme atado a una silla de ruedas que pasa los días encerrado en un sótano con su asustado perro. Johnny pasa los días cambiando de forma y gritando como un energúmeno, asustando a todos los que se acercan a él y diviertiéndose con sus inesperados cambios de anatomía. La pieza es una prolongación del anuncio que Cunningham rodó en 2001 para Druqks, uno de los últimos discos de Aphex Twin, y se ha rodado a ratos a lo largo de los últimos cuatro años. Johnny está interpretado por el propio Cunningham, que junto al corto ha incluido en el DVD cuarenta páginas de bocetos, fotografías y dibujos.
Pixelsurgeon entrevista al realizador, que habla sobre su proceso de autoaprendizaje con la edición digital y el After Effects, su interés en realizar a partir de ahora trabajos que cubran varios medios distintos, a lo Matthew Barney, y cuenta dónde estaba exactamente el 11 de Septiembre de 2001.
Rubber Johhny, página oficial con trailer e información / PixelSurgeon entrevista a Chris Cunningham / Crítica en PixelSurgeon
(Extraído de Elastico.net)
Recomiendo pasar por la página de Director File para más información.