Me gustaría poder recordar qué soñé la noche anterior. Creo que no es justo que toda esa creatividad subconsciente se pierda por el desagüe de la consciencia. Muchos artistas se fuerzan al límite de la vigilia para conseguir «dormir despiertos», procesos oníricos durante el estado de vigilia, de manera que luego puedan plasmar esas muestras creativas.
Lo que yo propongo es conectar una grabadora de sueños cada noche, para así después, por la mañana, rebobinar y volver a pasar la grabación. De todas maneras, creo que si nuestro cerebro no recuerda lo que sueña debe ser por algo, un sistema de autoprotección. No todo lo que soñamos puede ser agradable, de ahí las pesadillas, y conocer esa información de nosotros mismos nos puede llegar a asustar.