Pensamiento del día

Algunas personas parece que brillasen por sí mismas; otras sin embargo basan su resplandor en cuánta luz pueden reflejar.

La vida es un camino cuyo placer no reside simplemente en ser recorrido.

Cuando decimos que algo o alguien «no vale la pena» en realidad se trata de un eufemismo que implica que ese algo o alguien provoca en nosotros tristeza y, debido a esto, no nos compensa ni el tiempo ni el esfuerzo que invertimos; en estos casos más valdría echar mano de la indiferencia y orientar nuestro interés hacia otros menesteres.

Pensamiento del día

Day 33: Ninja Moon

Cuando observamos las estrellas en realidad estamos mirando el brillo del pasado.

Tan sólo se esconden y mienten aquellos que tienen algo que ocultar.

Aclarar los malentendidos no es justificarse sino simplemente explicar las razones por las que la otra persona está equivocada.

Pensamiento del día

Aunque parezcan naturales, te sorprendería conocer la cantidad de cosas que en realidad no lo son.

Lo real y tangible siempre será muchísimo mejor que lo virtual.

Hay personas capaces de llenar toda una mañana con el sonido de su voz y hacer que aparezca el sol con una sonrisa; si conoces a alguien así, no permitas que escape de tu lado.

La realidad

Molino de agua

Ya sé que no tiene rima, ni asonante ni consonante, pero me apetecía escribirlo y ya está. Las reclamaciones han de ser trasmitidas al servicio de atención al cliente.

Incluso cuando he sido golpeado por una realidad mejor
he recogido los trozos desperdigados de mi propio yo.
En verdad no importa cuántas veces me visite el final porque
en cada ocasión me ha animado con una palmada en mi espalda.
Preocuparse continuamente por el significado de las cosas
no necesariamente nos permite dejar de estar confusos.
Muy al contrario, a menudo obceca nuestra mente y sentidos
y siempre nos lleva de nuevo hasta una nueva pregunta.

Puedo dibujar el contorno del futuro porque sus límites
están cimentados sobre todas las osadías del pasado
y construidos con los acontecimientos del presente.
Pero tal vez no lleguen a ser porque son sólo incertidumbres.

Escalar este alto muro es muy distino a lo que pensaba
pero avanzar hasta el otro lado hará que se desvanezca.
Delante tengo un largo y tortuoso camino por recorrer
que fue elegido hace tiempo por mí mismo, no por nadie más.

Tuvimos que arder, yo junto con todos mis tenues sueños
para rasgar así la oscuridad con la luz de nuestra llama.
Pero ante todo sé que al otro lado del muro derrumbado
a mi espalda estarán las ruinas y podré ver mi propio cielo.

En realidad, es ley de vida.

Pensamiento del día

Eres lo que comes, así que cuida tu alimentación.

Todos nos montamos guiones en nuestra cabeza pero muy pocos llegan a ver la luz como películas con nosotros como protagonistas.

A veces ocurre que la imaginación inventa imágenes desconocidas que luego se hacen realidad; hay quien podría pensar que tiene poderes, yo simplemente me lo tomo como curiosidades.

Cuestión de exigencias

MosaicosEl otro día me dijeron una frase que me ha dado que pensar y era algo así como «no estás en condición de exigir». La verdad, como eufemismo para decirme suavemente «eres feo» no está nada mal, pero no es esto lo que me produjo cierta urticaria mental pues es un reflejo de la realidad. Mi carrera como modelo se ha visto truncada por mi falta de afeitado diario, corte y peinado de pelo planchado, odio racional contra la depilación corporal y las distintas cicatrices que pueblan mi piel.

No, no ha sido ese alarde de sinceridad respecto a mi belleza sino la falacia lógica de «si no eres X / eres Y, no puedes exigir» teniendo en cuenta que X <-/-> Y. Vamos a ver, no se le puede exigir a un inconformista por diseño que abandone de buenas a primeras sus requisitos establecidos y pase a ser un pelele que orgulloso agradece el premio de mierda que le ha tocado en la tómbola. No, algunas cosas no cambian.

Hay que entender que la exigencia no es un derecho sino que es una elección y, por eso mismo, no está sujeta a deberes que la condicionen. Siempre he pensado que el grado de exigencia que mantenemos con las cosas y, por extensión, con las personas, es directamente proporcional a la inteligencia de cada uno. Alguien inteligente, por definición, debe poseer además algo del espíritu inconformista, así que no se puede satisfacer con cualquier cosa simplemente porque sabe lo que quiere y lo que no.

Alguien que hace concesiones continuamente respecto a sus gustos o deseos hace gala de una convicción débil y una labilidad denodada, es poco inteligente y muy conformista. Por otra parte, al igual que ocurre con la escala de dureza de Mohs, alguien que no cesa en su empeño y no es capaz de adaptar sus condiciones será más proclive a la fragilidad, esto es, frustración y soledad. Exigir está bien, siempre que se mantenga dentro de los límites de la realidad y la probabilidad de consecución se encuentre dentro de lo humanamente posible.

Siempre estamos comparando variables con nuestro sistema de referencia para saber en qué lugar del eje de coordenadas podemos ubicarlas y si se encuentran o no dentro del dominio de nuestras campanas de Gauss particulares. Este es nuestro funcionamiento interno; es el último y único juez que dicta sentencia sobre lo que nos gusta o nos desagrada, luego la exigencia es inherente pues marca el límite de nuestros gustos; la frontera entre lo deseado y lo que queremos evitar; lo que despierta en nosotros interés o, por el contrario, aversión; la conditio sine qua non.

La exigencia es lo que nos permite cribar lo deseable de lo que no lo es, marcar objetivos para alcanzar o minimizar en cierta medida las probabilidades de perder el tiempo esperando recibir lo que no está disponible. La virtud se halla en saber ser selectivo y discernir cuándo ser exigente y cuándo ser permisivo.