Pensamiento del día

darkness

Hay personas que son como los fosfenos, luces que aparecen en nuestro campo visual pero que no son más que espejismos.

La frase tonta del día ha sido «¿pero entonces no confías en su palabra?». Si es que encontrar a alguien digno de confianza es más difícil que ver un mirlo blanco. Y lo peor de todo, cuando crees confiar en alguien, cambia de mala manera y resulta ser alguien que no conoces. De los palos se aprende, o eso dicen, pero prefiero aprender sin recibir golpes.

Es increíble cómo las personas se devalúan, cómo con sus acciones provocan desilusiones. Y eso que yo, como Pigmalión, tengo esperanzas puestas en ellas, pero son estas personas las que se empeñan en provocar desengaños. Las esperanzas son como las amarras que atan el barco al muelle en tiempo de tormenta, cuando se cortan demasiadas la nave queda a la deriva para no volver jamás a puerto. Lo peor es cuando la propia tripulación es la que corta las cuerdas; ahí sólo me queda despedirme con la mano y seguir esperando en el muelle a que otro barco atraque.

Pigmalión

PigmalionQué voy a hacer si me gusta la mitología. Hacía tiempo que tenía apuntado en mi libreta de escritos pendientes un nombre: Pigmalión. Como hoy atenaza el aburrimiento, me ha dado por buscar información acerca de este mito y he dado de rebote con el efecto Pigmalión. Me quedo con la moraleja del mito:

Mantengamos las más altas ilusiones en aquellos con quienes convivimos; si sinceramente creemos en sus posibilidades, las veremos cumplidas.