Honor

BambúValora tus prioridades, piensa «por qué» y «para qué», no pierdas el norte y recuerda que el honor es tu única riqueza.

Llevo tiempo pensando en ello y creo que voy a realizar el harakiri ritual escindiendo parte de mis pensamientos. Cuando algo no tiene sentido no hay razón para perpetuarlo así que haré como el bambú que se dobla y aguanta la tormenta.

Discusiones metafísicas

VidaLas horas que son y yo aquí escribiendo, más aún teniendo en cuenta que mañana a las 12 tengo partido en La Esperanza. Me estaba acordando de una discusión que tuve hace tiempo ya, no recuerdo exactamente con quién, pero sí de lo que hablamos y de lo que le dije…

No creo ni en el Cielo ni en el Infierno, pero de existir ambos creo que el Infierno está aquí, donde vivimos. Los sufrimientos y penalidades que soportamos pueden dar lugar a pensar que el lugar donde las almas reciben su castigo está en la Tierra, y que sólo tras la muerte podremos ir al Cielo o no, aunque también tengo dudas sobre lo que hay después de la muerte.

Creo que somos como una bombilla, que cuando se funde deja de funcionar y ya está. Eso de la vida después de la muerte y toda la parafernalia que hay alrededor me parece que son producto del miedo que tiene el ser humano a que exista un final rotundo, a no poder vivir para siempre. Desde tiempos inmemoriales el hombre ha buscado la manera de aumentar su tiempo de vida, como todo ser vivo que busca la supervivencia, y ha inventado mitos sobre la fuente de la eterna juventud, el elixir de la vida, la piedra filosofal y muchísimos más.

La solución más fácil es prescindir de estos fetiches y creer en una existencia posterior a la propia existencia de manera que ese miedo al final puede ser más controlable. No existe el alma, tenemos conciencia de nosotros mismos simplemente porque nuestro cerebro funciona de esa manera, y cuando nuestro cerebro muere, nuestra conciencia, nuestra supuesta alma y hasta nosotros mismos morimos. La bombilla está fundida, y no podemos hacer nada por ella, no volverá a brillar jamás.

Otra historia es lo que todo el mundo busca, el sentido de la vida. ¿Tiene sentido la vida de una bacteria? ¿O la vida de una planta? ¿O la vida de un ratón o una paloma? Pues sí, las funciones básicas de todo ser vivo: nutrición, relación y reproducción. Lo que pasa es que no nos queremos asemejar a los animales o a cualquier otro ser vivo porque somos demasiado orgullosos, somos seres que disciernen y tienen funciones cognitivas superiores desarrolladas, nos creemos los reyes del cotarro, pero no es así. Somos seres vivos, mamíferos, y el sentido de nuestra vida no es distino al de otros seres vivos.

Pido perdón

HeartPido perdón a todas aquellas personas que se hayan sentido ofendidas por los últimos posts. Lo que ocurre es que los finales felices son finales inacabados. Es por eso que siempre que quiero solucionar por completo un problema intento que sea un final trágico.

De nuevo, mis más sinceras disculpas, pero es que a veces me paso, lo sé… Es lo que tiene cuando eres una persona sin corazón; ya me lo han dicho tres personas distintas a lo largo de mi vida pero no sé si ya es hora de preocuparme y tomármelo en serio.

Desde pequeño supe que era distinto al resto y hoy lo he comprendido. Mis sentimientos nunca han salido de mi corazón, sufro de agenesia cardíaca [según comentan]. Siempre he sido un cabrón, un insensible y demás calificativos despectivos, así que brindo a todo el mundo la oportunidad de añadir más a la lista. Luego tendrán que atenerse a las consecuencias, porque no sé cómo decir suavemente las cosas, todo derivado de mi ausencia de corazón.

Una vez más, y reiterándome en lo dicho, pido perdón. Equivocarse es de humanos, perdonar es de sabios… Lo mío es genético y no tengo remedio, qué le vamos a hacer. A ver quién es la próxima persona que me dice lo mismo.

Inconexus (y XI)

El tiempo está de mi parte pues no espero nada.

Con dinero nunca comprarás la felicidad porque no estoy en venta.

La melancólica belleza de lo sempiterno

melancholyQué bonito se pone el cielo cuando amanece o anochece, con esos tonos rojos pintados por la naturaleza. Es entonces cuando me paro a pensar «¿cuántas veces he visto amanecer o anochecer?». Recuerdo aquellas tardes en La Gomera, echado sobre la arena aún caliente de la playa mientras el sol desaparecía en el horizonte lanzando sus últimos rayos sobre mí. O aquel verano en La Palma, cuando sentado sobre el muro de la azotea o mecido tranquilamente en la hamaca del jardín pensaba que allí más allá, en el oeste, había un océano que me separaba de otro continente. También recuerdo aquellos amaneceres después de una noche de fiesta, cansado, con sueño, pero aún con ganas de volver a ver esos colores en el cielo. Aquellas veces que nos sorprendió la claridad en Carnavales como señal para volver a casa en la guagua…

Ocultados

Occult Todo el mundo se oculta, la gente rica tras los setos de sus chalets, los [que se creen] importantes tras sus gafas de sol y sus miradas de soslayo, los tímidos tras el silencio y el rubor de sus mejillas… ¿Dónde me escondo yo? ¿Y tú?