Disfruta de las cosas sencillas

Las cosas sencillas son las que con mayor probabilidad te pueden hacer feliz y si no lo crees, fíjate en los niños. Si alguna vez has tenido la oportunidad de ver cómo un pequeñajo abre un regalo habrás podido observar cómo se entretiene con el papel de regalo, con la caja donde venía guardado o, más probablemente, con ese plástico que tiene burbujas de aire.

Da igual lo que le hayas regalado, ese dichoso invento es como un agujero negro supermasivo que atrae la atención del crío como nada en el universo. De hecho, muchos adultos todavía se entretienen explotando esas pequeñas bolsitas de aire cuando cae ese tipo de embalaje en sus manos. Es lo más sencillo del mundo, dos láminas de plástico entre las que ha quedado algo de aire en medio. Es como cuando querías forrar tus libros con plástico adhesivo, sólo que en ese caso intentabas por todos los medios evitar que se formase una arruga o una burbuja.

Unas hojas de papel y un par de lápices de colores, por ejemplo, son unos de los mejores juguetes que puedas darle a un niño. Tendrá la oportunidad de experimentar con sus manos, con los colores, con su imaginación y hasta con su memoria. Siempre me han parecido muy curiosos esos dibujos en los que recrean a los adultos como seres de piernas desproporcionadas en relación al resto de su cuerpo. No es más que la expresión pictórica de lo que ellos mismos ven con sus propios ojos, la perspectiva que tienen de los adultos desde su punto de vista.

Ya cuando somos mayores pensamos en divertimentos más elaborados cuando una puesta de sol o un amanecer son dos de los espectáculos más maravillosos que podamos observar. El sonido de la lluvia, el cantar de los pájaros o el romper de las olas en la orilla del mar son cosas a las que no les prestamos suficiente atención. Sólo en algunas ocasiones, como cuando estamos acompañados por alguna de esas personas especiales que provocan en nosotros una feliz calma, es cuando nos detenemos y somos un poco más conscientes de la belleza de la sencillez.

Estas y otras cosas, que tan a menudo pasamos por alto, son las que esconden mayores y mejores momentos de satisfacción cuando logramos disfrutarlas.

Boberías de carbono

El grafito está hecho de carbono, y la celulosa también. En realidad no encuentro una razón especial para las boberías de carbono que suelo hacer, simplemente me da por ahí y ya está.

sharkyEste pescadito de aquí al lado surgió de mi manía de poner una imagen para cada post que hago, concretamente en relación con este pensamiento del día. En su momento le puse esa imagen, pero luego me dieron ganas de hacer un tiburoncito, y aquí está el resultado.

human beingLuego, la imagen de la derecha es una idea que me surgió cuando terminé una conversación escatológica. Ya, ya sé que no es un momento muy normal para que me asalte la inspiración, pero ver el rollo de papel higiénico de esa manera me dio el impulso suficiente como para dibujarlo. La interpretación es libre por supuesto, pero la que yo le doy es que los seres humanos somos como rollos de papel higiénico. Sí, envolvemos nuestra alma con pensamientos, emociones y conductas para protegerla del mundo exterior.

Yo avisé que eran dos boberías de carbono, digitalizadas de mala manera con mi cámara de fotos a falta de un escáner. Los originales están disponibles, guardaditos en una carpeta para que no se me pierdan.

Grafito

Dos boberías hechas con celulosa y grafito. Las saqué con mi cámara de fotos porque no tengo un escáner para tal función, por eso es que se ven tan «sucias».

Cleta La imagen de la izquierda es una cabrita que hice para [A] ya que a ella le encantan los mamíferos caprinos, tanto que le gustaría tener una cabra como mascota. Es más, en su cumpleaños le regalaron un peluchito de una cabra a ver si se le iba la idea de la cabeza, pero creo que no hay manera. En realidad, si hay gente que tiene un cerdo como mascota, ¿por qué no va a poder tener ella una cabra? Sin ir más lejos, mi primo tenía en La Gomera una cabra como mascota, sólo que él la tenía en un corral y no en el jardín de la casa.

La imagen de la derecha es el primer diseño de un dibujo que estoy pensando en sacar el 14 de febrero. No, no es un regalo para mi enamorada simplemente porque no tengo; quizás precisamente por no tenerla lo hago en ese día en concreto. Que nadie se intrigue demasiado, es otra bobería hecha con celulosa y grafito.

Yo nunca he regalado nada en esa fecha tan «amorosa» simplemente porque me parece una tontería inventada por las tiendas para vender rápidamente bombones a punto de caducar. El amor no se demuestra con regalos, se demuestra con actos y [preferiblemente] todos los días. Si es que el amor es bonito… Mientras es correspondido.

Amor mecánico

Esto sí que es una muestra de puro amor mecánico. Otra bobería más, no me tomen en serio.

true love

A lo mejor pillo un día un rotulador permanente, pinto un corazoncito en una señal de prohibido adelantar y luego le saco una foto. ¿Se considera eso vandalismo?