De Altamira, Tamaulipas,
traigo esta alegre canción
y al son del viejo violín
mil jaranas canto yo,
a las mujeres bonitas
que son de mi adoración;
de Altamira, Tamaulipas,
traigo esta alegre canción.
Si la vida es un jardín,
las mujeres son las flores,
el hombre es el jardinero
que corta de las mejores;
yo no tengo preferencia
por ninguna de las flores,
me gusta cortar de todas,
me gusta ser mil amores.
Dichoso aquel que se casa
y sigue la vacilada,
siempre anda jugando contras
a escondidas de su amada;
pero más dichoso yo
que no me hace falta nada,
tengo viudas y solteras,
y una que otra casada.
Miguel Aceves Mejía interpretando un tema del compositor Cuco Sánchez.
Escrita por Elpidio Ramírez, Roque Ramírez y Pedro Galindo, esta canción popular mexicana obtuvo su fama de la voz de Miguel Aceves Mejía. A lo largo de los años ha sido interpretada por numerosos artistas, cada uno a su estilo, pero quizás la versión más famosa [y más potente] de este clásico aparece en los títulos de créditos finales de la película Kill Bill: Vol. 2, interpretada por el grupo Chingon.