No permitas que los fantasmas te persigan, persíguelos tú hasta acabar con ellos.
La mejor manera de guardar un secreto ajeno es olvidarlo.
Las mayores limitaciones a menudo se encuentran en nuestra propia mente.
No esperes encontrar a nadie igual, ni tan siquiera con cierto parecido; la clave está en que sea compatible contigo.
Un amor platónico no es más que un capricho que nos negamos a aceptar que está fuera de nuestro alcance.
Lo más difícil de aceptar son las propias limitaciones; una vez lo consigues y aprendes a vivir con ellas habrás ganado la batalla.
Si el destino no es de tu agrado busca uno nuevo y comienza otro viaje.
La labia es la herramienta que muchos usan como método para conseguir lo que les interesa; para algunos es la única manera que poseen para alcanzar sus objetivos.
La buena reputación es algo que no sirve sino para imponer limitaciones a la hora de hacer lo que realmente a uno realmente le apetece hacer pero que por lo visto hay que mantener dentro de unos cánones que el resto de la sociedad tiene la osadía de calificar como aceptables.
Las coincidencias son totalmente impredecibles. Algunas veces estás en el lugar correcto en el momento más adecuado. Otras veces simplemente estás en el lugar equivocado en el momento menos afortunado.
Si sabes que las consecuencias serán nefastas, ¿por qué lo haces? No intentes ponerte a prueba, es una estupidez, sobre todo cuando sabes que no estás preparado para superar el desafío. Reconocer y aceptar las propias limitaciones no te hace ser más débil, al contrario, se requiere de mucha fuerza de voluntad.
En ocasiones, y por extraño sortilegio, una simple llamada de teléfono puede traer al presente algunos detalles del pasado largo tiempo olvidados. Aparecen de nuevo ciertas personas y situaciones que creías que no volverían a repetirse de nuevo. Quizás fueron las ruinas que dejé detrás, por eso hoy no le temo al fuego pero sí a las cenizas.