El amor según Quevedo

Retrato_de_Francisco_de_Quevedo

Clásico poema de Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas.

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo,
enfermedad que crece si es curada.

Este es el niño Amor, éste es tu abismo.
¡Mirad cual amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

Así de contradictorio es.

Pensamiento del día

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Estoy preocupado de que esta chica nos coarte la libertad que gozábamos de puerta para dentro, sobretodo a la hora de hablar y hacer comentarios sobre las altas esferas. No recordaba que la primera vez que la vi iba acompañada por el Gran Sibarita y otro hombre, posiblemente familiar suyo. Si tiene estrechas relaciones con el aparato administrativo es posible que tengamos que andarnos con cuidado sobre qué decimos y qué omitimos. También espero que si le han dado órdenes de informar semanalmente de lo que ocurre allí dentro nos lo diga como hizo [S] en un alarde de honestidad, siempre y cuando el dinero no sea su dogma.

Es posible que la facción femenina se mosquee por mi [otro] nick incendiario, pero es como a quien le gustan las mazanas rojas o las amarillas. No puedo evitar que me atraigan más las mujeres de pechos generosos que aquellas que no los poseen, pero esto no quiere decir que haga apología de lo grande.