Una vez más se confirma que quien no arriesga no gana.
El amor es un juego en el que todos queremos ganar y a ninguno nos gusta perder.
Las ilusiones son inevitables cuando encontramos algo que llevábamos ansiando durante demasiado tiempo.
Le estoy cogiendo el gustillo a esto de soltar lastre, me quedo con una sensación sublime, casi como más ligero.
Paso de entrar en jueguecitos de descalificaciones porque creo que saldrías perdiendo y sería demasiado fácil.
No sé si te has dado cuenta de lo que has hecho. El cariño y el respeto son para mí dos pilares básicos, y un atentado contra cualquiera de estos estamentos pone en jaque cualquier relación interpersonal que esté manteniendo. El resto es causalidad.